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TEORÍA INNATISTA
Noam Chomsky (1957; 1978) defiende la capacidad de desarrollar el lenguaje como algo innato, es decir; como un mecanismo genético que nos permite alcanzar el conocimiento del lenguaje, de su gramática y sus reglas lingüísticas, sin necesidad de un aprendizaje formal. Por tanto, no es necesario recurrir a mecanismos de imitación o modelado para aprender, sino que esta competencia lingüística es algo implícito e interno que es común a todas las personas -
ZONA DE DESARROLLO PRÓXIMO
Vygotsky (1964, 1978, 1997), partiendo del concepto de la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP) que es la distancia que distingue entre lo que el niño es capaz de hacer por sí mismo y el desarrollo potencial al que puede llegar con ayuda de un adulto. Por tanto, se trata del conocimiento al que un niño no puede acceder por sí solo, sino que necesita de la guía de un adulto o igual. Por ello, resulta fundamental el entorno y las interacciones establecidas en el desarrollo cognitivo del niño. -
TEORÍAS COGNITIVAS
Piaget (1983) habla del desarrollo cognitivo como requisito para poder desarrollar el lenguaje, por lo que concibe la cognición como algo universal. En este sentido, defiende que puede haber pensamiento sin lenguaje ya que el desarrollo de la inteligencia comienza desde el nacimiento sin que haya lenguaje. Este se va desarrollando conforme se van superando determinadas etapas cognitivas necesarias para su óptima adquisición. -
CORRIENTE CONDUCTISTA
Skinner (1985) habla de la adquisición del lenguaje como algo aprendido. Defiende que el aprendizaje del lenguaje se lleva a cabo a través de mecanismos de condicionamiento. Así, en un primer momento los niños imitarían una conducta para luego asociarlo a objetos, acciones, etc. a través de técnicas como modelado, moldeamiento y de refuerzos y castigos, mediante los cuales el niño aprendería vocabulario y gramática. -
TEORÍAS INTERACCIONISTAS
Bruner (1995), quien recalcaba la influencia que tienen las interacciones sociales y el lenguaje antes de que el niño cumpla dos años. Se centra en la importancia de las interacciones muy estructuradas, puesto que ayudarán al niño a organizarlas y a reconocer las reglas de interacción a la vez que dan forma a una mejor y más adecuada expresión del lenguaje.
