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Una persona (el cliente) que se encuentra en determinadas circunstancias (hechos) le expone al abogado su caso y lo que desea obtener como resultado o bien saber que hay que hacer para conseguirlo
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"¿qué caso?"
Para el abogado es determinante comprender los hechos que le expone un cliente, incluso mejor que el propio cliente, eliminado cualquier subjetividad y formándose una opinión propia e independiente. -
"¿qué sucedió?"
Mediante la revisión de los antecedentes, solicitar informes oficiales, entrevistas, visitas al lugar de los hechos, etc; obtener la mayor información posible de los hechos. -
“¿el hecho tiene relevancia jurídico-penal?”
Ante una gran diversidad de casos no hay ninguna receta única susceptible de ser aplicada a todos ellos con un grado aceptable de utilidad y relevancia, por lo que en principio es importante conocer e identificar la relación de las normas jurídico-penales con los hechos y así darle una relevancia jurídica. -
Estudio de la historia, las líneas jurisprudenciales, los antecedentes y precedentes jurídicos de casos semejantes.
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Es importante averiguar bien que es lo que realmente quiere el cliente, y así determinar si es factible alcanzar o si existen otros resultados más favorecedores para el cliente.
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Revisar la jurisprudencia existe relacionada al caso en estudio o consultar otros jueces.
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Evaluar si los hechos son sólidos, consistentes, defendibles, plausibles, etc.
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El abogado decide si está o no dispuesto a ayudar a conseguir dichos resultados atendiendo criterios económicos, éticos y políticos.
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Aplicar la ley al hecho del caso en concreto, usando el conocimiento del orden jurídico y las normas que como abogado no ha creado, de tal suerte que pueda determinarse entre otros aspectos: ¿Cuáles elementos integran el tipo penal de que se trata?, Cómo se puede probar la probable responsabilidad de o los imputados?, ¿Cuál es el monto de la reparación del daño?, ¿es aplicable una causa excluyente de responsabilidad penal al hecho criminal?, etc.
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Lograr que el Tribunal ante el cual expondremos nuestros argumentos nos oiga y nos entienda bien.
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La Argumentación Jurídica del Caso no se reduce al argumento puramente racional o lógico formal, se trata de tomar decisiones con base en juicios de valor.
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Estudiar a fondo las pretensiones del colega contrario y los argumentos en que las sustentan, que nos permitan encontrar áreas de oportunidad y/o mejorar nuestros argumentos.
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Conceder sin vacilar todo aquello en lo que razonablemente no podremos hacernos fuertes, evitando desgastes infructuosos.
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No ceder en todo aquello que, tras un análisis riguroso de nuestra posición, estemos seguros.
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La solución que propongamos en nuestra argumentación sea lo menos alejada posible de lo ya establecido en casos parecidos, o en su defecto tratar de demostrar que lo ya establecido no se refiere a nuestro caso, es decir si bien tienen características muy singulares no son iguales; según sea lo conveniente para el caso concreto.
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Evitar que nuestros argumentos puedan ser exitosamente rebatidos con el contra-argumento de que la solución que propongamos no puede ser generalizada sin grave detrimento para la seguridad jurídica.
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No Abusar de recursos argumentales de tipo estrictamente técnico para conservar ventajas o pretender nuevos beneficios es un abuso formalista que produce efectos indeseados.
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Examinar si en nuestro caso hay algún ingrediente que justifique la aplicación de preceptos constitucionales y la eventual intervención de la Corte Constitucional o Corte Interamericana.
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No usar la agresión verbal como arma de persuasión