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navaja

  • Nacimiento:

    Nacimiento:
    Nací en una fábrica de China. Era un día lluvioso. Tras unos segundos algo se movió. Era un camión. Les escuché decir a otras navajas que estaban en la misma caja que yo, que íbamos a una tienda de recuerdos en Mérida.
  • La llegada:

    La llegada:
    Unos días después ví la luz por primera vez. Me miré. Era una navaja de mango de madera clara y con una cuchilla afilada.
  • El gran y oscuro cajón:

    El gran y oscuro cajón:
    Un mes después un señor me cogió y me llevó a un pueblo llamado Aldea del Cano. Para mi sorpresa, me envolvió en vez de usarme para pelar o cortar algo y me guardó en un cajón.
  • Soy un regalo:

    Soy un regalo:
    Pasadas un par de semanas, el señor me volvió a coger. Sus pasos resonaban contra el suelo de madera. Me regaló a su hijo Isidoro que cumplía 14 años. Este cuidaba de un rebaño de ovejas al lado de un campo de olivos. Me llevaba todos los días con él para pelar una manzana.
  • El lobo feroz:

    El  lobo feroz:
    Un día, mientras cuidaba su rebaño de ovejas salió un lobo entre los arbustos, que se abalanzó sobre una de sus ovejas. Isidoro fue corriendo hacia él, e intentó clavarme en él. El lobo se movía con más rapidez de lo esperada, por lo que, Isidoro sólo consiguió hacerle una raja y enfadarlo más. El animal se abalanzó sobre Isidoro airado Y esta vez Isidoro no tuvo más remedio que clavarme en él, si no se comería a las ovejas le clavó.
  • De cajón a cajón y tiro porque me toca:

    De cajón a cajón y tiro porque me toca:
    Tras unos cuantos años Isidoro me regaló a su yerno, Alejandro, pues él ya no me iba a necesitar más. Alejandro me miró y me guardó en un cajón. Ahí empecé a hartarme de los cajones.
  • Vamos de paseo:

    Vamos de paseo:
    Tras 2 años me sacó del cajón. Mi alegría se desvaneció en unos instantes. Les escuché decir que íbamos a pasar el día en el monte, por lo que supuse que después me volverían a guardar.
  • Una decepción inesperada:

    Una decepción inesperada:
    Al llegar a casa, Itxaso, la hija de Alejandro me cogió y me metió en otro cajón. Otra vez. De momento sigo aquí aunque como estoy en un cajón de calcetines tengo con quien hablar.