-
La lactancia materna sólo la pude llevar por dos meses ya que tenía reacciones de intolerancia como problemas estomacales.
-
Al momento de empezar a los 6 meses con la introducción de nuevos alimentos, presentaba mucho rechazo a la mayoría de ellos ya que me provocaban malestares estomacales y digestivos.
Comía muy poco. -
Me estaba desarrollando de una manera más acelerada que mis compañeros sobre todo de mi altura, por lo que me veía muy diferente a los demás y empezaba a pensar que había algo mal conmigo.
-
Ya aceptaba la mayoría de los alimentos, empezaba a comer más y aunque la mayor parte de mi alimentación era controlada por mis papás, comenzaba a tener mis propias elecciones en la escuela, cuando salíamos a comer, etc. No tenía consciencia al comer, me guiaba por mis gustos.
Fui por primera vez con una nutrióloga, el plan de alimentación se parecía a lo que yo consumía regularmente. -
Debido a un filtro que no pasé de una escuela de danza donde se seleccionaba en base a los cuerpos de las aspirantes, empecé a menospreciar poco a poco a mi cuerpo para llegar a ese "ideal". Las conductas nocivas y agresiones contra mí iniciaron aquí, me restringía de ciertos alimentos, trataba de comer lo menos posible, visitaba blogs de Ana y Mia y surgieron mis primeros atracones.
-
Hubo cambios muy drásticos y fuertes en mi vida: me mudé de casa, entré a la preparatoria, dejé mis amistades, dejé por un tiempo la danza y tuve que despedirme de mi papá.
Mi único escape a todo el dolor que sentía era la comida, lo cual lo hacía sin consciencia y/o límite, por consiguiente, aumenté de tallas y peso corporal. -
Fui por segunda vez con una nutrióloga, empezaba a concientizar sobre la manera tan desequilibrada en la que me estaba alimentando, sin embargo el plan alimenticio que me dio era muy restrictivo, en especial con los carbohidratos, esto me generó mucha más ansiedad y los atracones eran más seguidos e intensos. La relación con la comida y mi cuerpo era cada vez peor.
Dejé el plan de alimentación muy rápido. -
Mi concepción de una "dieta saludable" era omitir los carbohidratos, constantemente tenía atracones por lo mismo, aun así volví con la misma nutrióloga y me dio el mismo plan alimenticio.
Ahora fui más apegada a la dieta, así que en el trayecto presenté síntomas como dolor de cabeza, cansancio extremo, mal humor, caída del cabello y estreñimiento, sin embargo yo no me percataba de que algo andaba mal.
Aquí fue el periodo donde peor relación tuve con mi cuerpo, con la comida y con la vida. -
Encontré a una nueva nutrióloga que me salvó la vida, me orientó en todas mis dudas e inquietudes y la máxima lección que me dio fue que no hay alimentos buenos ni malos y que todo es cuestión de un equilibrio.
Una nueva "yo" surgió: en paz con la comida, con su cuerpo y con la vida. Ya no como pensando en "adelgazar", sino, pensando en lo mucho que me nutre, en mi salud, en el placer y en el amor.
Actualmente estoy en un peso y composición corporal saludable, me siento en libertad y plenitud.