
La trayectoria de las victimas de un delito, desde el derecho precolonial, la colonia, hasta el México independiente.
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la venganza estaba en manos de las víctimas, ya que las formas de organización y protección adecuada fueron producto de una evolución natural del hombre.
Por ello cada persona en lo individual, e incluso
cada familia o cada grupo, se protege y se hace justicia por su propia mano: se venga. -
Las ofensas a los dioses se pagan en este mundo, es decir, la retribución es actual y no en el otro mundo. No se puede dejar de observar las reacciones, aun de la propia víctima o de los incipientes colectivos sociales, fuesen excesivas, Uno de los castigos más antiguos a imponer fue la lapidación. Si dicha expiación no se daba, los dioses podían irrumpir con sus calamidades en el seno social.
era necesario purificar el ambiente de los males que el autor y su hecho habían dejado con su acto. -
La justicia quedaba en manos de la víctima o las víctimas, que con su reacción producían una nueva lesión, generalmente mayor a la inferida por el agresor, ya que tampoco se tomaban elementos valorativos de naturaleza y extensión del daño sufrido. La venganza estaba justificada, pero no importaba su adecuación, y por tanto su exceso; independientemente de que la víctima, haciendo uso de su sentido de justicia, pudiera ofrecer su indulgencia. Esa era la jerarquía de la víctima.
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El sistema talional que supone la existencia de un poder moderado, implica ya un desarrollo considerable. Su fórmula fue: Ojo por ojo, diente por diente. Se trata de restaurar el daño inferido arreglando aritméticamente la situación ante la ofensa. Así, la gravedad de la lesión jurídica infligida se compara exactamente con la pena a aplicar, y deja de ser la víctima.
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La composición, mediante la cual el ofensor y su familia rescataban de la víctima y de los suyos, mediante el pago de una cantidad, el derecho a la venganza.
Ahora la elección de la cantidad le corresponde a la víctima: la venganza por el daño sufrido debe sufrirla el agresor (ojo por ojo) o merece indulgencia por medio del otorgamiento de una suma de dinero que el agredido estipula. -
Primera etapa: la víctima y su familia tenían el poder discrecional de ejercer el derecho a la venganza (transacciones privadas). Segunda Etapa: la Composición quedó en manos de los jueces, que manejaban las tablas y tarifas (transacciones basadas en el texto de la ley). Existía calidad del occiso (víctima), para determinar los pagos en la figura de la Composición, ejemplo: un hombre muerto valía más que una mujer, una persona sana valía más que una enferma.
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La importancia que se asignaba a la víctima desde la antigüedad hasta bien entrado el medievo. era muy importante, era titular, de la acción y la justicia que ejercía sin miramientos. Era debidamente compensada por el daño irrogado, pudiendo al principio fijar su monto. Después quedará sepultada durante mucho tiempo en el más completo de los olvidos.
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Esta es la etapa donde aparecen las leyes más severas y crueles, en que se castiga con la mayor dureza no sólo crímenes más graves, sino los hechos hoy indiferentes, como los delitos de magia y hechicería, que se juzgan por tribunales especiales con el rigor más inhumano. Estas persecuciones constituyen uno de los episodios más sangrientos del Derecho Penal europeo durante los siglos XV al XVIII.
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Así el derecho penal del Estado moderno aplica la protección de, igualdad, propiedad y libertad de las personas, para lograr la convivencia social. En esta época, el Derecho no fue estructurado para protección de las víctimas, sino para la protección de la sociedad al amparo del Estado moderno en quien recaía la facultad de venganza, quitándole esta facultad a la víctima, en pro de la convivencia y estabilidad sociaL.
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La composición estaba prevista para ciertos delitos como el homicidio culposo, la muerte no procurada por el cónyuge, daño en propiedad ajena e incendio ocasionado por imprudencia, y este debía ser pagado con los bienes del propio ofensor, de su mujer o de sus familiares.
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Bajo las premisas de libertad, fraternidad e igualdad, el Estado quedaba exonerado de cualquier responsabilidad en el origen de la criminalidad y el delincuente no le interesaba, ya que solo se le aplicaba una sanción, por lo tanto, la víctima le interesaba mucho menos, quedando marginada del drama penal, para ser tan solo un testigo silencioso.
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Desde la aparición de la criminología, al delincuente se le estudia, clasifica y ayuda psicológicamente, hay extensa literatura de su personalidad, si es inimputable y comete un asesinato por enfermedad mental, el Estado le proporciona asistencia psiquiátrica y legal, mientras que a la familia de la víctima, destrozada por la pena y quizás en pobreza, se le deja a su suerte y sin ningun apoyo.
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Descripción: la criminología consideraba a las víctimas como un sujeto pasivo, neutro, que no contribuía en nada al hecho criminal, aunque a mediados de este sigo, un autor llamado Mendelsohn llamó “La pareja Criminal”, dándole a la víctima una visión más activa capaz de contribuir en la génesis y dinámica de una conducta delictiva y criminal.
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Pasado el tiempo y a la preocupación que genera el criminal, la criminología había olvidado casi por completo a las víctimas de los delitos, esto se puede explicar por varias razones, por ejemplo, nos identificamos con el infractor y nunca con la víctima, quizás por admiración al criminal, que puede cometer actos sin medir consecuencias, se atreve a hacer lo que nosotros nunca haríamos, mientras que no nos identificamos con la victima.
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El resurgimiento de las víctimas, son los aportes experimentales de Latane y Darley, en los años 70, acerca de la dinámica de la intervención de los espectadores en las situaciones de emergencia, con estudios de psicología social que arrojaron algo asombroso: los espectadores eran insolidarios ante la situación y pasivas cuando se realizaba un crimen violento en contra de alguna víctima, es como estos resurgen al derecho penal.
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Despues del peregrinar de las victimas del delito, el mundo científico contempla el boom de la victimologia, con más de medio siglo de vida y su espectacular crecimiento, representa admiración e interés por el estudio de esta facínante rama del derecho y el rol que juega la víctima en las ciencias de la conducta humana. La comunidad académica ha tomado conciencia de que es muy importante darle su lugar a la víctima en la dinámica del delito y brindarle el apoyo necesario en todos los sentidos.