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1880, se consideraba que el trabajo humano intervenía en un
90% para hacer un producto, y el escaso 10% restante era trabajo de la
máquina. Por lo tanto, la conservación (preservación y mantenimiento)
que se proporcionaba a los recursos de las empresas, hasta ese momento, era solamente una conservación correctiva, debido a que las máquinas
sólo se reparaban en caso de paro o falla importante -
Con la Primera Guerra Mundial, en 1914, las máquinas trabajaron a toda
su capacidad y sin interrupciones, no solamente las ocupadas en la industria
común de los países beligerantes, sino también las que hacían armas, vehículos y artefactos bélicos, pues su funcionamiento era cuestión de vida o
muerte; por este motivo, la máquina tuvo cada vez mayor importancia y aumentaron en cuanto a número y cuidados.
En esta forma nació el concepto de mantenimiento preventivo -
mantenimiento preventivo, el cual
en la década de los veinte, se aceptó prácticamente como una labor que,
aunque onerosa, resultaba necesaria. Este procedimiento seguía guardando
un enfoque máquina y las reparaciones que se le hacían eran con el criterio de que si la máquina funcionaba bien, ésta daría el producto o servicio
adecuado. -
1950 y por el desarrollo de los estudios de fiabilidad, la mente humana recapacitó y determinó,
aunque no con una claridad diáfana, que a una máquina en servicio siempre
la integraban dos factores: la máquina propiamente dicha y el servicio que
ésta proporciona. -
En 1970, y a raíz del nuevo pensamiento de mantenimiento productivo
(PM), el japonés Seichi Nakajima desarrolló el sistema TPM (Mantenimiento
Productivo Total), el cual hace énfasis en la importancia que tiene involucrar
al personal de producción y al de mantenimiento en labores de mantenimiento productivo (PM); pues esto ha dado buenos resultados, sobre todo, en industrias de punta. -
. En la actualidad, se tiene la tendencia a invertir
esta relación, ya que en algunos casos las máquinas intervienen en más o
menos 90% y el resto lo realiza la mano de obra. Esto obliga a la empresa
moderna a basar sus utilidades en la eficacia de la conservación de sus recursos, por lo que es muy común ver que, entre empresas que elaboran productos similares con máquinas y procedimientos similares, la que obtiene
mejores resultados en calidad y precio de sus productos