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Fundación de Constantinopla por el emperador romano Constantino el Grande, quien trasladó la capital del Imperio Romano a esta ciudad.
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División definitiva del Imperio Romano en Imperio Romano de Occidente y de Oriente tras la muerte del emperador Teodosio I.
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Caída del Imperio Romano de Occidente. El Imperio Romano de Oriente, posteriormente conocido como el Imperio Bizantino, continuó existiendo.
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Reinado de Justiniano I, uno de los emperadores más destacados de Bizancio. Durante su reinado, el imperio experimentó una expansión territorial significativa.
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Iconoclasmo bizantino, un período de controversia religiosa sobre la veneración de las imágenes religiosas.
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Cisma de Oriente, también conocido como el Gran Cisma, separación definitiva entre la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Ortodoxa Oriental.
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Saqueo de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada, que debilitó significativamente al Imperio Bizantino y llevó a la creación de varios estados sucesores.
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Recuperación de Constantinopla por parte de los bizantinos bajo el emperador Miguel VIII Paleólogo.
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Caída de Constantinopla ante los otomanos, marcando el fin del Imperio Bizantino y el comienzo del dominio otomano en la región.