-
Éramos bastantes. Todos mis hermanos y yo nos parecíamos mucho, aunque, claro, como es evidente, no eramos idénticos. Recuerdo que tras nacer nos llevaron a un lugar llamado Eroski y nos juntaron con otro montón de seres extraños. Eso sí, nos habían ofrecido casas diferentes.
-
Una mañana cualquiera, próxima a las fechas de Navidad, volvió a ocurrir. Ya llevaba pasando durante un tiempo; unos seres llamados humanos alargaban dos largas extremidades y nos capturaban. "¡Qué bueno esto para el frío!" decían y yo no comprendía. Aquel día me separaron de mi familia, me llevaron a otro lugar sin yo saber que ese iba a convertirse en mi nuevo hogar. Conocí por primera vez [Salamanca]https://es.wikipedia.org/wiki/Salamanca
-
Llevo ya unos cuantos años en casa. No sé que tal estarán los demás, yo estoy agusto. Me han comprado una chaqueta que me abriga en estos días de invierno y me dejan dormir en camas inmensas. Aunque no sé si eso compensa otras cosas que no aguanto tanto. Me dan de comer solamente una vez al día y además parece que tuviera que pagarles por ello, porque nada más cenar me aprietan la barriga con esas dos apestosas cosas a las que llaman [pies]https://es.wikipedia.org/wiki/Pie Lo demás, correcto.
-
He estado acostumbrado a no tener contacto con los humanos durante los veranos, aprovechando así para descansar en los sitios oscuros en los que me dejaban. No obstante, ya ha llegado el invierno y siguen sin hacerme caso. He notado la presencia de algo que llaman calefacción en casa; por lo que se ve, su función es dar calor. Parece ser que me han sustituido, después de todo lo que hemos vivido juntos. Me resignaré a charlar con el resto de objetos aquí encerrados, como la máquina de escribir.