ESTEREOTIPOS DE BELLEZA timeline.

El cuerpo debía ser armónicamente proporcionado, usaban el puño como unidad de medida, la estatura perfecta de 18 puños (2 para el rostro, 10 de los hombros a las rodillas, y los otros 6 para las piernas y pies). Una mujer o un hombre eran “bellos” si medían 18 veces su propio puño y proporcionados como establecía el canon.

El cuerpo humano para ser perfecto debía medir 7 veces la cabeza (Policleto S.V a.C.) En el siglo IV pasa de 7 a 8 cabezas. Estos cánones de Belleza se ven a través de la escultura, la cual sufre diferentes evoluciones a través de los tres periodos artísticos griegos (Arcaico, Clásico y Helenístico). Un cuerpo es bello cuando todas sus partes están proporcionadas a la figura entera, tanto en las mujeres como en los hombres cuya belleza se basaba en la simetría. Mujer robusta, hombre atlético.

La moralidad cristiana impuso el recato en las vestimentas y desaparición del maquillaje, censura a los desnudos. La mujer con piel blanca, cabello rubio recogido, rostro ovalado, ojos pequeños, nariz pequeña y aguda, labios pequeños y rosados, (caderas estrechas, senos pequeños y firmes, y manos blancas y delgadas). El hombre alto y delgado, fuerte y vigoroso, esbelto; pecho y hombros anchos; piernas largas y rectas como señal de elegancia y porte

El pie de Loto un tortuoso estereotipo de belleza, vinculado al estatus social y el atractivo físico; los pies pequeños eran considerados símbolo de belleza, era habitual que se vendaran los pies de las niñas a temprana edad, con el fin de impedir que estos crecieran. Loto dorado (7 centímetros) dicha practica nació en Nanjing donde las bailarinas de pies pequeños eran admiradas, se cree que el 50% de las mujeres tenia pies de Loto en el siglo XIX.

Mujeres criadas en oscuros palacios, con piel blanca que nunca habían visto el sol, y sus cuerpos escuálidos ocultos bajo pesados kimonos, portaban una enfermiza carga erótica. El arte japonés de la época, alimentaba la tendencia de tratar a la mujer como sutiles personajes ausentes, de una lúgubre fragilidad representativa. Hoy día los japoneses son muy cuidadosos protegiéndose del Sol, según los estándares de belleza japoneses cuanto más blanco sea el color de la piel, mejor.

Italia referente artístico de todo el continente, todas las artes reflejaron este canon de belleza del mismo modo. David de Miguel Ángel como canon de belleza masculina (aún hoy referente publicitario) y El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli en cuanto al femenino. Leonardo da Vinci expresa todas las partes del cuerpo con el hombre de Vitruvio (el ombligo punto central del cuerpo humano, de la circunferencia y del cuadrado en el que se inscribe el cuerpo del hombre extendido).

Uso de las pelucas para los hombres, como para las mujeres. Abuso tanto de perfumes, carmines, lunares postizos o pintados y peinados muy pomposos, prendas de vestir como corsés muy ceñidos al cuerpo, encajes, ropas suntuosas, zapatos de tacón, y espejos y joyas. Época del abuso de la coquetería y la pomposidad. En los hombres destaca mucho el pelo (muchas veces con peluca), la piel muy blanca y las mejillas rosadas y, por encima de todo, unos trajes suntuosos de infinitas capas.

“Chica Gibson” personaje de caricatura que representaba el ideal femenino, se convirtió en un prototipo a seguir por la mayoría de las jovencitas. Éstas debían ser de pecho erguido, caderas anchas y nalgas sobresalientes, además de sumisas y obedientes. Poco después nació la mujer con forma de “S”, las que ajustaron la falda para resaltar la figura, los peinados se subieron sobre la cabeza y los sombreros se adornaban con plumas.

En esa época el prototipo de hombre era Rodolfo Valentino. En el caso del modelo femenino, hay un cambio crucial, la mujer común, en principio identificada con la protagonista buena e inocente, debió enfrentarse al menos indirectamente con la guerra y la cruel realidad que ésta trajo a los hogares. Con el transcurrir de la década, poco a poco se va haciendo menos inocente, es más audaz y desinhibida, incluso se hace un poco más mala.

Fue la década de la lencería. La modista francesa Coco Chanel agregó al armario de las mujeres una prenda que hasta el momento había sido exclusivo de los caballeros: los pantalones. El modelo femenino recatado, puro, virgen y bondadoso continúa presente. El modelo masculino de este momento es tahúr, vividor, aventurero, hombre macho recio, no agraciado físicamente.

Se produce un resurgimiento de los modelos femeninos anteriores a 1933, por un lado, la mujer buena e inocente, por otro las vampiresas o las diosas. La mujer buena y fuerte estaba perdiendo terreno y protagonismo y pasa a ser inocente de estos hombres que han vuelto de la cruda guerra. Los hombres acentúan el estereotipo de rudos y feos, Gable y Bogart siguen siendo los dos más reconocidos.

Atracción erótica por diosas del amor más grandes por un lado y más pequeñas y reales por otro. Las amazonas y las infantiles respectivamente. En el primer caso, las más grandes y representativas de todas las amazonas fue Marilyn Monroe (mujeres seductoras y exuberantes, de gran volumen y proporcionadas). El otro ideal de belleza, el de la niña con cuerpo de mujer era menos aceptado y publicitado socialmente debido a sus connotaciones pedofílicas.

Hombres con las relaciones de pareja son aquellos buenos mozos, seguros de ser rebeldes, pero sin el aire vividor y tahúr. Siguen siendo capaces de saber lo correcto y adecuado para ellos y para sus mujeres. La mujer es una marioneta ante los varones. El modelo femenino de las grandes mujeres curvilíneas, tipo amazonas comienza a ganar protagonismo. Se mantiene el modelo femenino de niñita erotizada, quizás el mejor modelo es el que hizo Kubrick en su propia novela: “Lolita”.

Hombres y mujeres adelgazan y se vuelven estilizados y bonitos. Surgen dos modelos uno feminizado y unisex. Por otro lado, el macho man, latin lover con patillas, bigotes, cadenas de oro, pelo en pecho, y su femenina humanidad, eran lo que las mujeres andaban buscando. Los segundos eran unos rompe corazones que conquistaban a las mujeres. En el caso de las mujeres desprovistas de grandes atributos físicos, inocentes, mujeres en las universidades y puestos laborales prestigiosos.

El look masculino cambia rotundamente, a musculosos y de pocas palabras, los Stallone y Schwarzenegger, resaltan las varoniles actitudes de los galanes de cine (barba de tres días imagen del hombre de los 80). Las mujeres delgadas pero con más pechos que en la década anterior. Sin embargo, el mayor requisito de su belleza femenina es el color de pelo: deben ser rubias.

Se sigue tomando la imagen del galán de cine, pero pasa a ser más delicado, más sensible y comprensivo. Surgen modelos masculinos de gran belleza física, incluso con rasgos femeninos (Brad Pitt; Di Caprio), con rostros infantiles, apelando al instinto materno de protección y a la tendencia mundial a considerar a las características faciales femeninas como más atractivas que las masculinas, o simplemente a que muchas mujeres prefieren varones-niños.

La “belleza” es la cualidad de complacer el sentido de la vista. ... Hoy día, la sociedad y los medios están dando más y más importancia a la belleza, y esto puede producir que las personas adopten conductas obsesivas que pueden dañar su salud física y mental.