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El proceso de influencia británica se dio con mucha fuerza en la Argentina. Ya en 1806,
durante las Invasiones Inglesas al Virreinato español, se registra un match de cricket entre los
invasores. -
Thomas Hogg, dueño de una fábrica textil en Yorkshire,
instalado tempranamente en Buenos Aires, fundó un centro comercial, una biblioteca, un
colegio y en 1819 un club de cricket –todos británicos. -
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El hijo de Hogg, también Thomas, fundó el Deadnought Swimming Club hacia 1860,
organizando competencias en 1863. -
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A partir del siglo XIX, entonces, es que puede datarse el origen de los deportes modernos.
Básicamente en la Inglaterra industrial, y posteriormente en los Estados Unidos, que surgían
como potencia alternativa a fines de la misma centuria: si cricket, fútbol, rugby, ciclismo,
boxeo, esgrima, fueron codificados por los británicos, béisbol, voleyball y básquetball fueron
inventados por los norteamericanos. -
introduciendo en la currícula escolar la práctica
de deportes. Por su parte, los ferrocarriles, todos en manos de capitales británicos,
colaboraban: en 1891 se organiza la primera Liga, creada por F. L. Wooley, miembro del
Buenos Aires and Rosario Railway Athletic Club, un club deportivo ligado a la empresa. -
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aparecen los
tradicionales partidos entre Valparaíso y Santiago. También en ese año se juega el primer
partido internacional entre Chile y Argentina (un modesto empate 1 a 1), aunque tuvo poco de
internacional: todos los jugadores eran británicos nativos o descendientes. -
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En las primeras Olimpíadas modernas, hubo un solo atleta
latinoamericano, el chileno Luis Subercaseaux. -
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una amateur, para el verano, y otra semiprofesional
para el invierno. -
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la integración racial del béisbol norteamericano abrió
las puertas para los jugadores afro-dominicanos. La Revolución cubana, por su parte, cerró las
puertas para el reclutamiento norteamericano, por lo que la República Dominicana se
transformó en el primer semillero. -
En 1956, los San Francisco Giants
reclutaron a Ozzie Virgil. -
En los Olímpicos, saltó de una medalla en 1964 a 29 en 2000.
La política de masas también produjo grandes estrellas individuales: Alberto Juantorena,
Javier Sotomayor o Teófilo Stevenson. En este último caso, la narrativa heroica alcanzó su
plenitud, perfeccionada: no solo se trataba de un boxeador, con la carga mítica del origen humilde, sino de un héroe del socialismo. Stevenson, campeón olímpico imbatible de los pesos
pesados -
Cuba creció de veinte
medallas en 1959 a 152 en 2003 (con un pico de 275 en 1975, antes de la crisis del comunismo
europeo y el Período especial).