EPIDEMIA DE INFLUENZA EN MÉXICO 2005

  • INICIO DE PANDEMIA

    La pandemia de influenza de 1918 fue la pandemia más grave de la historia reciente. Fue causada por el virus H1N1 con genes de origen aviar. Si bien no hay un consenso universal respecto de dónde se originó el virus, se propagó a nivel mundial durante 1918-1919. En Estados Unidos se detectó por primera vez durante la primavera de 1918, entre el personal militar.
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    INFECTADOS

    Se calcula que alrededor de 500 millones de personas o un tercio de la población mundial se infectó con este virus. La cantidad de muertes estimada fue de al menos 50 millones a nivel mundial y 675 000 en Estados Unidos. La tasa de mortalidad fue más alta entre personas menores de 5 años, entre 20 y 40 años y mayores de 65 años. La alta tasa de mortalidad en personas sanas, incluido el grupo etario de 20-40 años, fue una característica exclusiva de esta pandemia
  • SEPARACIÓN DE GRUPOS

    Se obtuvieron las defunciones de influenza y neumonía por año y a continuación las defunciones de los menores de dos años y las de los mayores de 65; una vez separados los dos grupos se tomaron los totales de muertes por mes y se registraron los datos desde el mes de enero hasta el de diciembre de cada año.
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    ANÁLISIS DE SECUENCIAS

    Con estos datos se realizó un análisis de secuencias por mes para observar el patrón estacional de comportamiento de la mortalidad por influenza y neumonía y, a partir de este análisis, se establecieron periodos estacionales de julio de 1990 a junio de 1991, de julio de 1991 a junio de 1992 y así sucesivamente hasta junio de 2004 a julio de 2005.
  • CONSECUENCIAS

    Aunque el virus H1N1 del 1918 ha sido sintetizado y evaluado, las propiedades que hicieron que fuera tan devastador no están claramente definidas. Sin vacunas para protegerse contra la infección por la influenza y sin antibióticos para tratar infecciones bacterianas secundarias que pudieran estar asociadas a las infecciones por influenza,
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    COSECUENCIAS

    Los esfuerzos de control a nivel mundial se limitaron a intervenciones no farmacéuticas como aislamiento, cuarentena, buenos hábitos de higiene personal, uso de desinfectantes y limitaciones de reuniones públicas, que se implementaron de manera desigual.