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La práctica de esta disciplina fue fundamental en mi vida ya que pude contener mis impulsos y mi agresividad.
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Cuando tenía 15 años terminé la secundaria sabiendo que no podría continuar con mis estudios debido a que mis padres enfermaron y no teníamos dinero para poder comer.
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Al terminar la secundaria me fui a trabajar de ilegal a Estados Unidos. Fue muy difícil porque tenía 15 años y me vi obligado a separarme de mi familia y llegar a un país donde no conocía a nadie y donde el trato era indigno y deplorable. Me dediqué a ser ayudante de cocinero. Cuando llegué a Estados Unidos me reuní con mi hermano que estaba en las mismas condiciones que yo.
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Me casé cuando tenía 18 años. El resultado de este evento fue trascendente para mí porque me di cuenta que uno toma decisiones a lo tonto y a la ligera, y asume responsabilidades cuando no se está preparado para ello y sin medir las consecuencias.
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Tenía 22 años y estudiaba el primer semestre de preparatoria después de 7 años de haber dejado de estudiar. En este año tuve la oportunidad de conocer la playa por primera vez.
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Al finalizar el primer año de preparatoria me dieron un reconocimiento por excelencia académica por tener un promedio de 10. Fue trascendente en mi vida porque a pesar de haber dejado de estudiar por 7 años y de lo difícil que fue volver a incorporarme al rol de estudiante, me di cuenta que todo se puede lograr, solo es necesario querer hacerlo.
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Me gradué de preparatoria. El mérito está en que lo logré aun estando casado, con hijos y trabajando en el tercer turno en una fábrica.
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Tenía 28 años cuando terminé la licenciatura y me convertí en profesionista. Fue un gran logro para mí ya que terminé mi carrera en dos años y medio a pesar de que por el día estudiaba y por la noche trabajaba.
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En este evento tenía 34 años y tuve la oportunidad de regresar a Estados Unidos pero en otras condiciones totalmente diferentes a la primera vez. En esta ocasión fui como turista, con visa y dinero en la bolsa. Fui a apoyar a uno de mis hermanos que vive en Nueva York, pues tenía un problema legal, y aunque aún no sabía litigar como abogado, el apoyo moral que le brindé le fue de gran ayuda para salir adelante.
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Fue la primera casa que adquirí, y aun cuando la casa estaba en ruinas y cayéndose, este fue el primer fruto de mi trabajo y supe que todo gran esfuerzo siempre traerá una gran recompensa. Aquí tenía 35 años.
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Tenía 36 años cuando adquirí mi primer despacho como abogado independiente.
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Este fue un año donde cometí muchos errores. Tenía 37 años y no tenía consciencia de lo que estaba haciendo, al grado de poner en riesgo a mis hijos. Mi enfoque de la vida era diferente y por un tiempo me desvié del camino correcto. Afortunadamente me di cuenta a tiempo de lo estúpido que puede ser uno en la vida y redireccioné mi vida.
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A mis 40 años protesté el cargo como Delegado de la Confederación de Organizaciones Sindicales. Una vez más obtuve una recompensa como resultado de todo el esfuerzo que he puesto en mi trabajo.
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Incursioné a la masonería a los 42 años. Gracias a ella me hizo ver la vida desde otra perspectiva y darle la debida importancia a cada cosa o evento de la misma vida.
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Conocer a mi actual pareja le dio un nuevo sentido a mi vida y me hizo verla de diferente manera.
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Tengo 45 años y tengo a mis 4 hijos. Ellos son el motivo y la razón de mi vida. Los tengo conmigo y eso ha hecho que mi vida tenga sentido.
