El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas

  • 1800-1900 Siglo XIX Introducción

    La realidad está destruyendo en la América Latina aquel pretérito
    esquema de la división internacional del trabajo que, después de
    haber adquirido gran vigor en el siglo XIX, seguía prevaleciendo
    doctrinariamente hasta muy avanzado el presente.
  • Period: to

    1800-1900 Siglo XIX

  • 1800-1900 Siglo XIX Primer Hecho

    No se discute que el desarrollo económico de ciertos países de
    América Latina y su rápida asimilación de la técnica moderna, en todo cuanto fuere aprovechable para ellos, dependen en alto grado de las inversiones extranjeras. El problema no es nada simple, por todas las implicaciones que contiene. Entre sus factores negativos se recuerda, en primer lugar, el incumplimiento de servicios financieros, durante la gran depresión de los años treinta.
  • Segundo hecho

    Se encuentran, pues, los países de América Latina frente a un
    problema general muy vasto, en el cual convergen una serie de problemas parciales, a plantear previamente, para ir trazando luego el largo camino de investigación y acción práctica que habrá de recorrerse, si se tiene el firme designio de resolverlos
  • Tercer Hecho

    Es pertinente, pues, presentar con claridad el caso de los países latinoamericanos, a fin de que sus intereses, aspiraciones y posibilidades, salvadas desde luego las diferencias y modalidades específicas, se integren adecuadamente en fórmulas generales de cooperación económica internacional.
  • Cuarto Hecho

    La industrialización de América Latina no es incompatible con
    el desarrollo eficaz de la producción primaria. Por el contrario, una de las condiciones esenciales para que el desarrollo de la industria pueda ir cumpliendo el fin social de elevar el nivel de vida, es disponer de los mejores equipos de maquinaria e instrumentos, y aprovechar prontamente el progreso de la técnica, en su regular renovación.
  • Quinto Hecho

    Cuanto más activo sea el comercio exterior de América Latina,
    tanto mayores serán las posibilidades de aumentar la productividad de su trabajo, mediante la intensa formación de capitales. La solución no está en crecer a expensas del comercio exterior, sino de saber extraer, de un comercio exterior cada vez más grande, los elementos propulsores del desarrollo económico.
  • Sexto Hecho

    Cuanto más activo sea el comercio exterior de América Latina,
    tanto mayores serán las posibilidades de aumentar la productividad de su trabajo, mediante la intensa formación de capitales. La solución no está en crecer a expensas del comercio exterior, sino de saber extraer, de un comercio exterior cada vez más grande, los
    elementos propulsores del desarrollo económico.
  • Séptimo Hecho

    Esto es evidente cuando se trata de importaciones y otras partidas pasivas a pagar en dólares. Hay ya casos notorios, en ciertos países, de escasez de esta moneda, no obstante que los dólares suministrados por Estados Unidos al resto del mundo, al realizar sus propias importaciones, alcanzaron elevada cuantía.
  • Octavo Hecho

    . Es que el coeficiente de tales importaciones,
    con respecto al ingreso nacional de Estados Unidos, ha llegado a ser exiguo (no pasa del 3 por ciento), al cabo de una baja persistente. No es de extrañar entonces que, a pesar del alto nivel de ingreso nacional de ese país, los 8 recursos en dólares que así provee a los países de América Latina, parezcan ser insuficientes para cubrir las importaciones requeridas por su intenso desenvolvimiento.
  • Noveno Hecho

    Aquí se encuentra, pues, el factor principal del problema. De no aumentar dicho coeficiente, es obvio que América Latina se vería forzada a desviar sus adquisiciones en Estados Unidos hacia aquellos países que suministren las divisas para pagarlas. Solución muy precaria, por cierto, pues significa con frecuencia tener que optar en favor de importaciones más caras o inadecuadas para sus necesidades.
  • Inestabilidad macroeconómica, desarrollo institucional y modelos de desarrollo

    El rezago de los líderes de la región después de la Primera Guerra Mundial, es una demostración de otro hecho destacado del desarrollo latinoamericano: la existencia de importantes vaivenes en el proceso de desarrollo. Uno de ellos es la tendencia de los países latinoamericanos a experimentar prolongadas fases de rápido crecimiento, que reducen por un tiempo la brecha de ingresos con los países industrializados, pero que son sucedidas por grandes retrocesos relativos.
  • Finales del Siglo XIX y comienzos del XX

    Cuba es quizás el caso más temprano y destacado: después de haber sido uno de los grandes éxitos exportadores del siglo XIX y comienzos del XX, experimentó un virtual estancamiento de su ingreso por habitante desde mediados de la segunda década del siglo XX. La historia del Cono Sur es similar: un gran avance hasta la Primera Guerra Mundial y retroceso relativo posterior.
  • Décadas de 1920 a 1960

    Le sigue en la lista Venezuela, el mayor éxito latinoamericano entre las décadas de 1920 y 1960, gracias a su despegue petrolero y su capacidad de “sembrar” parcialmente sus beneficios, que ha sido sucedido por un fuerte retroceso relativo posterior. Brasil y México, los grandes éxitos de la industrialización dirigida por el Estado, siguieron esta ruta poco después, con un retroceso relativo pronunciado desde la década de 1980.
  • Hecho 2 de Décadas de 1920 a 1960

    Puede decirse quizás que la ausencia de “milagros” pero también de grandes crisis y, por ello, la capacidad de tener un desarrollo pausado pero estable, es el curioso secreto de Colombia. Este patrón de mayor estabilidad también está presente, aunque con menor fuerza, en Costa Rica y Panamá, dos de los tres países pequeños más exitosos a largo plazo; el tercero es Uruguay, pero en este caso en medio de grandes vaivenes en el proceso de desarrollo.
  • Comienzos y mediados de los años 1970

    El factor que ha tenido efectos permanentes a lo largo de los dos siglos que hemos analizado ha sido la dependencia de productos básicos, sujetos a una fuerte volatilidad de los precios, que además se ha agudizado en algunas coyunturas históricas de alcance mundial: entre la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión, y desde comienzos o mediados de los años 1970.
  • Ciclos más pronunciados De 1920 a 1980

    Se agrega la volatilidad aun más pronunciada que ha resultado del acceso muy irregular y fuertemente procíclico al financiamiento externo, que ha generado algunos de los ciclos más pronunciados: en particular, el auge de la segunda mitad de los años 1920, sucedido por la dura contracción y moratoria virtualmente generalizada de la deuda externa de los 1930 y el auge de la segunda mitad de la década de 1970, sucedido por la década perdida de los años 1980.
  • Crisis de 1980

    Esta última ha sido la crisis más severa que ha experimentado América Latina como región, no solo por la intensidad y durabilidad de algunas de las perturbaciones en los mercados internacionales (la elevación de las tasas de interés relevantes y la caída de los precios de productos básicos, que se dieron por más de dos décadas), sino también porque la región debió enfrentar un cartel de acreedores respaldados por los principales países industrializados y organismos financieros internacionales.
  • 2002 y 2008

    La última conclusión, y la más importante, se refiere a la enorme deuda social que ha acumulado América Latina a lo largo de la historia. La herencia colonial de alta desigualdad económica y social. Durante las últimas décadas, los retrocesos en este último frente han sido más frecuentes y en materia de reducción de la pobreza se perdió un cuarto de siglo antes de que retomara una dirección positiva entre 2002 y 2008.
  • Paises del Cono sur

    En los países del Cono Sur, por ejemplo, las mayores fuerzas hacia la equidad en la distribución del ingreso se dieron durante la fase en que experimentaron un rezago en materia de desarrollo económico. Así mismo, en algunas ocasiones los períodos de éxito han sido de deterioro distributivo (la primera globalización en el grueso de los países, y el “milagro” brasileño), pero en otras, crecimiento y equidad han coincidido (como en el auge económico de 2004-2008 y quizás durante años).
  • Crisis Global de 2008 a 2009

    La respuesta a la crisis global de 2008-2009 fue positiva en muchos sentidos para América Latina: no hubo crisis financieras externas o internas, ni desbordes inflacionarios. Sin embargo, no se pudo evitar una fuerte contracción inicial del PIB regional, afortunadamente superada muy pronto, con lo cual la región (y, en especial, Sudamérica) volvió a experimentar un crecimiento positivo en 2010 y 2011
  • 2009

    Y, más aún, el auge que precedió a la crisis mundial reciente, así como el retorno de los capitales y de precios altos de productos básicos desde mediados de 2009, han mostrado que todavía falta mucho en materia de aprender a manejar las bonanzas, evitando en particular la tendencia cíclica a la revaluación de las monedas, al aumento del gasto público cuando los recursos son abundantes y, aún más, al rápido crecimiento del crédito y del gasto privado que caracterizan estos períodos.
  • Siglo XXI

    Aquí yace, sin duda, la principal deuda histórica de América Latina. El retorno de la agenda de la equidad social, el nuevo discurso de “cohesión social” y las tendencias positivas observadas en este campo en la primera década del siglo XXI son signos promisorios. El futuro nos dirá si ellas materializaron o no en el inicio de la corrección de la mayor aberración histórica del desarrollo latinoamericano.