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Soy un cepillo de dientes de gama alta, me crearon en una fábrica de China en 2003. Desde esa fábrica nos transportaron a mi y a mis hermanos en avión a Bilbao.
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Me llevaron a una tiendecita en el centro de Bilbao. Allí pasé un año y medio sin que nadie me comprara, no se si era por mi elevado valor o porque era feo.
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Al pasar ese año y medio un chico de 13 años llamado Andres me compro. Fui en coche con su madre y él a las afueras de la ciudad. Cuando llegamos a la casa seguido me llevaron al baño.
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La primera vez que se lavo los dientes me quedé sorprendido de lo limpio que tenía los dientes. Después de unos meses él y yo teníamos una amistad muy grande, o eso creía yo porque venía tres veces al día a visitarme.
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Al pasar los años yo me daba cuenta de que me iba a sustituir por otro, hasta que al final ese día llegó.
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La madre de Andrés me tiró a la basura, por suerte un vagabundo vio que me tiraron a la basura y vino a recatarme.
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El vagabundo me llamó fluffy y me llevó a donde dormía y me presentó a sus amigos y con ellos he pasado toda mi vida.