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La maestra me ponía sellitos de periquito porque me gustaba mucho platicar con mi amiga Xochitl
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Al principio fue dificil adaptarme porque cambie a una primaria privada, pero con el tiempo fui sintíendome mejor
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No recuerdo su nombre, pero recuerdo que era una maestra joven que procuraba a todos sus alumnos por igual. Y regalaba un detallito cada mes a quien saliera mejo en calificaciones, a mi me regalo un cuadro de Mulan que aún conservo.
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Entre como parte de las actividades extracurriculares de la escuela. Me gustaba mucho jugar en equipo. Pude hacer amistades muy bonitas también
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Me gustaban las actividades de lectura y la feria del libro que hacían cada año
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En cuarto de primaria, tenía una maestra que nadie quería pero que conmigo era muy buena y me invitaba a participar en el pizarrón seguido. Gracias a ella me empezaron a gustar las matemáticas y amé las divisiones.
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Recuerdo que vendía dulces de manera infraganti en el salón. Me gustaba mucho hacerlo, aunque no era muy buena.
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Tuve una maestra que era apasionada por la química pero de la que nos reíamos por como pronunciaba algunas palabras.
Un maestro que nos enseñó algunos principios de programación y que le gustaba mucho la tecnología.
Un maestro de español que me transmitió el amor por las palabras y al que apodabamos "El sapo" por tener sobre peso.
Gracias a ellos y otros maestros disfruté la secundaria, aunque fue una etapa de muchos conflictos internos relacionados con mi físico, entre otras cosas. -
Fue un proceso muy apresurado. Recuerdo que me gustaban las clases de etimología y literatura. Inglés me parecía muy fácil y me gustaron las matemáticas gracias a un maestro que era muy enojón pero muy bueno explicando.
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Inicié la carrera con un plan de estudios por competencias, lo cual complicó mucho el primer semestre, ya que acudíamos tres veces por semana, únicamente y las clases no eran tan nutridas. Sin embargo, una de mis mejores maestras fue la que nos dió Historia, ya que su exigencia contribuyó a formar y entender los orígenes de la facultad y de la carrera.
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Fueron años de mucho aprendizaje, descubrí que me gustaba trabajar con grupos y que tenía una atracción por la psicología social comunitaria. Busqué capacitarme en un intercambio estudiantil y realizando mis prácticas profesionales en asociaciones civiles. También descubrí mi interés por los proceso de violencia hacia adolescentes, niñas, niños y mujeres.