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Ingresa a la orden del Dragon (Drac) para defender al Cristianismo de los otomanos y se le llamó Vlad Dracul.
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Vlad nació a finales del año 1431 en la ciudad de Sighisoara, Transilvania, hijo legítimo del voivoda Vlad II de Valaquia. Se le llamó Vlad Draculea, esto es, hijo de Dracul. Sin embargo, en la mitología rumana la figura del dragón no existía y el término dracul designaba al diablo, con lo que Vlad III pasó a ser en rumano “el hijo del diablo”.
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Vlad II es obligado a hacer una alianza con los otomanos. Como garantía de su fidelidad, entrega a Vlad y a su hermano menor Radu al Mehemet II para que se conviertan en musulmanes.
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1448 ascendió al trono de Valaquia por primera vez gracias al apoyo de los turcos, de quienes había sido prisionero y a los que luego combatirá.
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Hungría cada vez más amenazada por los otomanos, Hunyadi sustituye al voivoda de Valaquia por Vlad.
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Pasó doce años prisionero en Hungría, hasta que en 1476 recobró su utilidad como candidato al trono de Valaquia. Su tercera etapa como voivoda terminó al caer abatido en una emboscada turca.
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Su cabeza fue exhibida en Estambul, y su cuerpo fue enterrado en el monasterio del lago Snagov. tomando posesión del trono su hermano Radu, quien actuó como un títere de los turcos.
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Se calcula que en sus tres períodos de gobierno, que suman apenas siete años, ejecutó a unas 100.000 personas, en la mayoría de las ocasiones mediante la técnica del empalamiento. Por esta razón se le conoce desde el siglo XVI como Vlad Tepes, esto es, Vlad el Empalador.
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En su país natal, Drácula está considerado como un héroe nacional por la defensa de Rumanía y del Cristianismo frente al avance del Imperio Otomano. El Papa Pío II lo consideró un paladín de la fe. Evidentemente, para otros fue un monstruo, sádico y déspota.