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La biomecánica ha realizado importantes avances en el análisis de la marcha humana, lo que ha permitido comprender mejor los patrones de movimiento, la distribución de las fuerzas y los factores que contribuyen a lesiones o disfunciones. Estos avances han sido de gran utilidad en la rehabilitación de pacientes con problemas de movilidad y en la mejora del rendimiento deportivo.
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La biomecánica ha avanzado en el desarrollo de técnicas y tecnologías para el análisis del movimiento humano en tres dimensiones. Mediante el uso de cámaras de alta velocidad y sistemas de captura de movimiento, se pueden obtener datos precisos sobre la cinemática y la cinética del cuerpo humano durante diferentes actividades.
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La biomecánica ha avanzado en el desarrollo de modelos computacionales para simular y predecir el comportamiento de los sistemas biológicos. Estos modelos permiten estudiar cómo interactúan los tejidos, las articulaciones y los músculos, y cómo se ven afectados por las fuerzas externas. Estos avances han sido fundamentales para el diseño de prótesis, dispositivos ortopédicos y terapias de rehabilitación personalizadas.
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La biomecánica ha contribuido al desarrollo de tecnologías de medición más avanzadas, como sensores inerciales, sensores de presión y electromiografía de superficie. Estos avances han permitido una recopilación más precisa y objetiva de datos biomecánicos, lo que a su vez ha impulsado la investigación y la aplicación en diversos campos, como la medicina deportiva y la ergonomía laboral.
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La biomecánica ha avanzado en la integración con otras disciplinas, como la ingeniería, la anatomía, la fisiología y la neurociencia. Esta colaboración multidisciplinaria ha permitido una comprensión más completa de los sistemas biológicos y ha dado lugar a nuevas aplicaciones y avances en la medicina, la rehabilitación y la mejora del rendimiento humano.