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El desarrollo y madurez de la personalidad depende de la evolución de componentes psíquicos y de la maduración sexual-relacional del individuo.
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Crecimiento en base a la satisfacción debiendo afrontar y elaborar las frustraciones.
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En los dos primeros años mediante un proceso de adaptación a la realidad se manifiesta su comportamiento y aprendizaje
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Se va configurando en sucesivas etapas, la moral, los ideales, las normas de los padres y de la sociedad, y continuamente anhela la perfección.
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Empieza a desplazarse y a recibir reprensiones, principalmente de familiares, que desatan su agresividad, el temor, el miedo a perder el afectos que producen un conflicto interno.
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Matiz de la identificación sexual, sociocultural, aceptación social, seguridad, confianza, respeto, creatividad, moralidad.
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Al llegar a la madurez las personas ya adoptan una personalidad que influirá en su vida, su relación con el resto y sus éxitos.
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Cuando existe un equilibrio, se identifican las propias habilidades y se valoran las de los demás, nos permite vivir la vida de manera positiva, trazarnos metas y cumplirlas, tener satisfacciones personales propios que nos ayuda a crecer, ser creativos, sentirnos bien, sin complejos.
