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Las novias usaban una túnica blanca con una corona de flores. En la toga que usaban se amarraba una tela de color naranja entre las mantas.
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Se cree que las tribus hispanoaméricas tomaban el matrimonio como un rito sagrado hacia alguno de sus dioses. Los novios eran adornados con ornamentos ostentosos de oro, como orejeras o narigueras. Sus cuerpos eran pintados en alusión a la ofrenda y usaban poca ropa.
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Una época con gran falta de higiene. Las personas acostumbraban a casarse en mayo, pues era la fecha anual en la que todos se bañaban, quedando toda la elegancia a manos del vestido.
Telas en tonos rojizos, púrpura y azulados hechas en terciopelo, brocados, sedas, pieles y piedras preciosas dominaban la tendencia ostentosa de la época. -
Para el siglo XVII, las mujeres se casaban de azul, pues era el color que representaba el verdadero amor.
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Colores pasteles como el rosa y amarillos fueron los preferidos en las novias pertenecientes a la clase alta. Gran presencia de las formas de vestidos de la época, implementación del miriñaque, y bordados barrocos ostentosos en los vestidos.
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Fue según la cultura occidental, la primera mujer en usar un vestido de novia como lo conocemos hoy en día, para casarse con Alberto de Sajonia.
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Las novias, siguiendo el estilo de la época, decidieron dejar los vestidos ostentosos del siglo pasado para recortarlos, hacerlos más ligeros y enseñar las piernas. Luego con la guerra, se minimizó un poco la locura, y los trajes se volvieron más sobrios.
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Gracias a Dior, comenzaron a ser famosos los velos cubriendo rostros, largas colas, transparencias y encajes junto con escotes en corazón. Los guantes fueron el accesorio indispensable de la década.
FOTO: Boda de Grace Kelly. -
Diana de Gales marcó un hito importante en la historia de los matrimonios, pues apareció con un vestido muy ostentoso, mangas bombachas, velo tipo catedral y ramos extra grandes, lo que marcó tendencias nuevas para las nuevas novias de la época.
Por segunda vez, la realeza británica decide el rumbo del vestido de novia. -
Hoy en día el mercado es muy variado, se da mucha importancia a los encajes y transparencias. Así también, a los vestidos de estilo andrógino, o de mayor comodidad para la novia. En un futuro, se estima que las nuevas generaciones seguirán minimizando la ostentosidad de los vestidos de novia, pero por ahora, todavía siguen el estilo princesa de antes.
