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En Camp Funston, Kansas (EE. UU.), se reporta el primer caso documentado de la llamada gripe española, causada por el virus H1N1.
Esta pandemia se propaga rápidamente por el mundo, dejando entre 50 y 100 millones de muertes.
En este momento se creía erróneamente que la enfermedad era bacteriana, pero este desastre sanitario impulsa el interés mundial por descubrir su verdadero origen y desarrollar una vacuna. -
El investigador Dr. Richard Edwin Shope, del Rockefeller Institute for Medical Research, logra aislar por primera vez el virus de influenza tipo A en cerdos.
Demuestra que la gripe es causada por un virus filtrable, y no por una bacteria, marcando el comienzo de la investigación moderna sobre la influenza y abriendo el camino para futuras vacunas antivirales. -
En el National Institute for Medical Research (Londres), Wilson Smith, Christopher Andrewes y Patrick Laidlaw aíslan por primera vez el virus de influenza A en humanos.
Logran transmitir la enfermedad a hurones de laboratorio, confirmando el origen viral y su modo de transmisión.
Este descubrimiento permite estudiar directamente el virus humano y da el primer paso hacia el desarrollo de vacunas específicas. -
El médico Ernest W. Goodpasture y su colaboradora Alice Woodruff, en la Universidad Vanderbilt (Tennessee, EE. UU.), desarrollan un método para cultivar el virus de la influenza en embriones de pollo de 10–12 días.
Gracias a este avance, es posible producir el virus en grandes cantidades para fabricar vacunas.
Este procedimiento, con algunas mejoras, sigue siendo la base de la producción de vacunas antigripales en todo el mundo. -
Los virólogos Thomas Francis Jr. y Thomas P. Magill descubren una nueva cepa de virus, llamada influenza tipo B, que no reacciona con los anticuerpos del tipo A.
Este hallazgo muestra que existen múltiples tipos de virus gripales, lo que impulsa el desarrollo de vacunas más amplias y combinadas. -
Los científicos Jonas Salk y Thomas Francis Jr. desarrollan la primera vacuna inactivada bivalente, que protege contra los tipos A y B.
La vacuna se aplica inicialmente en soldados estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, reduciendo la incidencia de la enfermedad.
Fue un logro histórico al convertirse en la primera vacuna antigripal efectiva y segura en humanos. -
Tras los buenos resultados en militares, la Food and Drug Administration (FDA) aprueba la vacuna para uso en la población civil estadounidense.
Se descubre, sin embargo, que el virus muta constantemente, lo que obliga a actualizar la vacuna anualmente para mantener su eficacia. -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) crea el Global Influenza Surveillance and Response System (GISRS) en Ginebra, Suiza.
Este programa coordina laboratorios en distintos países para identificar las cepas del virus circulantes y recomendar cada año las cepas que deben incluir las vacunas.
Es la base del sistema actual de vigilancia y control de la gripe a nivel mundial. -
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomienda la vacunación anual contra la influenza.
Inicialmente se aconseja para adultos mayores de 65 años, pacientes con enfermedades crónicas y personal sanitario.
Esto marca el comienzo de la vacunación estacional como una práctica regular de salud pública -
La OMS aprueba la vacuna trivalente inactivada, que incluye tres cepas: dos del tipo A (H1N1 y H3N2) y una del tipo B.
Esta formulación amplía la protección y se convierte en el estándar mundial durante más de tres décadas.
Cada año se actualizan las cepas de acuerdo con los reportes del GISRS. -
n Hong Kong, se detectan los primeros casos humanos del virus de influenza aviar H5N1, altamente mortal.
Este brote impulsa el desarrollo de vacunas pandémicas experimentales y nuevas tecnologías, como el cultivo celular y las vacunas recombinantes.
Además, refuerza los sistemas internacionales de vigilancia. -
La OMS declara la pandemia del nuevo virus H1N1, surgido en México y EE. UU.
En tiempo récord, se produce y distribuye una vacuna monovalente específica, aprobada el 19 de octubre de 2009 por la FDA.
Este evento demuestra la capacidad global de respuesta rápida ante emergencias virales. -
La FDA aprueba las vacunas tetravalentes, que contienen cuatro cepas: dos de tipo A y dos de tipo B.
Estas vacunas ofrecen una protección más amplia y sustituyen progresivamente a las trivalentes en todo el mundo. -
Tras el éxito de las vacunas contra el COVID-19, Pfizer-BioNTech y Moderna comienzan ensayos clínicos de vacunas de ARNm contra la influenza.
Esta tecnología permite adaptar la vacuna rápidamente a las mutaciones anuales del virus y mejorar la eficacia inmunológica. -
El National Institutes of Health (NIH) y la Universidad de Pensilvania inician los primeros ensayos clínicos de una vacuna universal basada en nanopartículas que incluyen proteínas de los 20 subtipos conocidos de influenza.
El objetivo es lograr una inmunidad duradera que proteja contra todas las cepas, eliminando la necesidad de vacunación anual.