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Al momento de iniciarse los movimientos independentistas de las Colonias Españolas
en América, proceso que en México tuvo una duración de once años (de 1810 1821), existía una muy arraigada tradición administrativa centralizada, derivada de los casi tres siglos de dominio de la Corona Española, organizada jurídica, política
y administrativamente como “un Estado monárquico unitario o centralizado”. -
La administración pública mexicana “centralizada”
empezó a reestablecer algunas dependencias encargadas de cumplir con las funciones que caracterizan a lo que algunos estudiosos denominan “Estado de Fomento”, con la idea de volver a apoyar, desde el gobierno, la incipiente actividad industrial del país. -
Se inició a mediados del siglo xix con la
promulgación de la Constitución liberal de 1857, culminó con la separación de la Iglesia y el Estado, después de la salida de las tropas extranjeras que habían invadido el país en
apoyo del bando conservador que intentó reestablecer el Segundo Imperio Mexicano. -
decidió apoyar activamente la modernización de los puertos marítimos y la ampliación de la red ferroviaria del país, con la idea de exportar nuestras materias primas al resto del mundo. Ello llevó a la creación en 1891 de una nueva “Secretaría de Estado y del Despacho”, la de Comunicaciones y Obras Públicas, al igual que al reestablecimiento de la “Secretaría de Estado y del Despacho de
Fomento”. -
asignó al Gobierno Federal, cuando la Administración Pública Federal, tanto la “centralizada” como la “paraestatal”, empezó a tener asignadas jurídicamente una serie de nuevas funciones o responsabilidades que corresponden a lo que algunos estudiosos han dado en denominar “Estado de Servicio o de Bienestar”.
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la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, creados al término de la Segunda Guerra Mundial, promovieron como “modelo administrativo” recomendado para ser utilizado por los países que entonces se denominaron “en vías de desarrollo”.
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Podría decirse que fue en 1984, a mediados del sexenio del Presidente Miguel de la Madrid, cuando se inició un importante “cambio de rumbo del modelo económico y administrativo” seguido hasta entonces por el gobierno mexicano desde la promulgación
de la Constitución de 1917, sobre todo después del final de la Segunda Guerra Mundial. -
período de gestación de una nueva etapa del
desarrollo evolutivo de la administración pública, tanto centralizada como paraestatal, que podría concebirse como un intento de conciliación o nuevo equilibrio entre el “Estado” y el “mercado”, como los dos principales motores del desarrollo económico y social del país para las próximas décadas. -
Gobierno Federal recurrió con frecuencia, sobre todo a partir de la década de los años veinte, al empleo de las que hoy se denominan “entidades paraestatales”, bien se tratase de organismos descentralizados, empresas de participación estatal o fideicomisos públicos, como lo fueron el Banco de México, la Nacional Financiera, los Bancos de Crédito Agrícola y Ejidal, la Comisión Federal de Electricidad, Petróleos Mexicanos, el Instituto Mexicano
del Seguro Social, etc.