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policarpa salavrieta

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    policarpa salavarieta

  • su familia

    su familia
    Policarpa Salavarrieta Ríos se crió en una familia acomodada, que tenía lo suficiente y era respetada en la villa, pero no poseía ningún estatus de hidalguía. El testamento de su padre, Joaquín Salavarrieta, lo muestra como un hombre de regular fortuna, que había emprendido negocios de agricultura y comercio. En el de su madre, Mariana Ríos, figuran ropas abundantes, alhajas de precio y menaje doméstico no escaso. La casa de la familia Salavarrieta Ríos en Guaduas, que se conserva aún, convertid
  • la pola

    la pola
    Sin embargo, su hermano Bibiano, el más cercano en afectos, compañero suyo en Santafé, la llamaba Polita; Policarpa la llamó Ambrosio Almeyda, quien conspiró con ella y recibió su protección; también la llamaba Policarpa doña Andrea Ricaurte de Lozano, en cuya casa vivió y en cuya compañía se hallaba en el momento de ser reducida a prisión. En su falso pasaporte, expedido en 1817, se le denominó Gregoria Apolinaria; contemporáneos suyos, como el mismo Almeyda, José María Caballero, José Hilario
  • su historia

    su historia
    ella lucho por su patria y fue muy buena periodista.
  • el arresto de la llamada pola

    el arresto de la llamada pola
    El arresto de Alejo Sabaraín fue el elemento definitivo para la captura de la Pola, pues Sabaraín tenía una lista de nombres de realistas y de patriotas que la Pola le había entregado. Hasta ese momento, Policarpa se había podido mover hábilmente por la ciudad, porque estaba recién llegada y muy poca gente la conocía; además, su juventud e inteligencia le habían permitido desenvolverse con gran capacidad.tanbien este dia fue condenada por un juez a muerte.
  • la muerte de la pola

    la muerte de la pola
    La Pola marchó con dos sacerdotes a los lados. Se resistió un momento a marchar, para poder expresar sus pensamientos a los ministros que la acompañaban. Prosiguió con paso firme hasta el suplicio, y en vez de repetir lo que decían los religiosos, no hacía sino maldecir a los españoles. Al subirla al banquillo, se les ordenó a los condenados ponerse de espaldas porque así deberían morir los traidores; ellos solicitaron permiso para ponerse de rodillas, por considerar que esta era una posición má