-
Compartió su vida con nosotros por más de 12 años.
-
Una hermosa perrita de nombre "Almendra", que nos acompaño en nuestra primera infancia, era inteligente y se subía al camión con nosotros.
-
Llegó a nuestra casa una bolita de pelo pelirroja, dormilona y cariñoso que les gustaba acostarse en nuestros pies.
-
Un pequines tan chato que respiraba muy fuerte y que cuando nos quedábamos a estudiar muy de noche se acostaba en nuestros pies para calentarnos.
-
Muriendo Almendra y Gogo a los pocos años llegó una Coquer Spanish, latosa y destructora que se comía los zapatos.
-
Diva nos enseñó a guardar muy bien nuestros zapatos y a tener cuidado de que no se saliera, porque se escapó y resultó embarazada del coquer vecino y mi hermana Cheli fue quien recibió a sus pequeños. Fue triste porque su mal hábito de salirse le ocasionó que la atropellarán.
-
Me casé y mi esposo me sorprendió con una bella Gran Danés Arlequín a la que le puse Dominik y en poco tiempo era una gigante que dominó mi casa, el jardín y mi corazón,
-
Duró muy pocos meses conmigo porque creció tanto que no fue posible conservarla al cambiar de casa y ciudad por el trabajo de mi esposo. Le lloré mucho pero sabía que iba estar muy contenta en el rancho de su nuevo dueño.
-
Mi esposo les trajo a mis hijos una mascota emplumada: una gallina roja a la que le puso mi hijo Danilito Frutsy y lo más maravilloso era que diario íbamos a recoger sus huevitos en la cesta de ropa.
-
Frutsy fue una mascota que me ayudó a formar el hábito del cuidado y amor por las mascotas a mis hijos. Diario agradecíamos a Dios por el huevito que nos regalaba.
-
Schnauzer que duro 8 años con nosotros y nos robó el corazón, aún hoy lo seguimos extrañando.
-
Adoptamos a un hermoso Schnauzer miniatura sal y pimienta maltratado de 4 años que mordió a mi hija, no nos dejaba acariciarlo sin su permiso y que pensar en cargarlo, pero nos enseñó a dar una segunda oportunidad en la vida.
-
Sin poder vivir sin una mascota llegó a nuestra vida una pequeña, latosa y amorosa Dachshunds, mejor conocida como salchicha.
-
Desde que llego, mi hija Monse, mi esposo y yo la hemos consentido, cuidado y amado. Tiene 6 años y sigue compartiendo su vida con nosotros.