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No paraba de llover, soplaba el viento y desde la clínica su mamá oía la tormenta que caía sobre Madrid.
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Y Jorge, en lugar de relajarse a esta hora tan feliz, se activaba de tal manera que en lugar de dormir después, se espabilaba, espabilaba a mamá y papá, e incluso a veces, también a los vecinos.
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Su papá le daba el biberón y él se lo tomaba enterito ¡Jorge siempre ha sido un comilón!
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Miraba a sus papás, sonreía y estaba feliz cuando alguien se le acercaba.
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Y Jorge cada vez se hacía más y más mayor, le gustaba ver a sus abuelos, estar con sus primos...Era un niño feliz.
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Los primeros pasos...
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Jorge descubrió el placer de bañarse ¡en la piscina de los mayores!
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Jorge empezó a ir a su Escuela Infantil, estaba al ladito de la casa de su papá y su mamá, en un pueblo al oeste de Madrid.
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Se disfrazó de pirata y lo pasó genial cuando sus profes le pintaron la cara ¡Era un pirata de verdad!
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Dejó Madrid y se fue a vivir a Cáceres. Allí trabaja su mamá y aunque dejaron solito a papá, pronto, los dos se acostumbraron a su nueva vida-
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¡Papá Noel en persona le hizo un regalo a Jorge! No me extraña...había sido buenísimo.
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Incluso le llevó flores y participó de la tradición del besamanto.
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Con sus ferias y fiestas y Jorge disfrutó de su nueva ciudad como nunca.
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Nuestro protagonista, ya en el cole de mayores, participó una vez más de nuestras tradiciones asistiendo a la fiesta de aguadores y lavanderas.
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Jorge celebró sus tres años con sus compis del cole de pequeñitos, éste sería el último, ¡el siguiente estaría en el cole de mayores!
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¡Vaya cantidad de emociones! El despegue, aterrizaje, las nubes en el cielo...¡Alucinante!
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¡Ya escribe solito! En la pizarra del cole, Jorge puso su nombre y los años que cumplía sin ayuda de su profe.
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Falta poquito para que nuestro protagonista cumpla 5 años y cada día es más bueno si cabe. Disfruta de cada experiencia nueva y sigue su viaje de descubrimiento del mundo que le rodea.
