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En la radio, se escucha acerca del asesinato que ocurrió en el número 24 de Culver Street, donde la afectada fue mistress Maureen Lyon.
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Mollie y Gilles son los encargados de esta, los cuales aún con poca experiencia, buscan atender lo mejor posible a sus invitados. La hacienda se encuentra a las afueras de Londres, donde se cree que habrá una solución pero en realidad, se comenzará el problema.
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El primero en presentarse es Christopher Wren, un arquitecto joven y alocado, que muestra mucho interés por las personas y como cada una es un misterio en el interior. En seguida aparece Mrs. Boyle, que nota la inexperiencia de los Ralston y está muy inconforme con ello. Más tarde el mayor Metcalf, que se mostraba cansado por la ventrisca. Y finalmente la señora Casewell.
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Luego de que Christopher estuviera preparando la cena, y Giles criticándolo por la gentileza demostrada con su esposa, llegó Paravicini, extranjero, moreno y de edad avanzada, que buscaba hospedaje luego de quedarse varado en la nieve.
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En la tarde, la policía llama, mencionando que el sargento Trotter los visitaría a pesar de la nieve. Gilles y Mollie se preocupan, no sabiendo el porqué de esta visita tan inesperada.
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En la tarde y con esquíes, logró llegar a esta casa para resolver el misterio, sabiendo que uno nuevo empezaría allí.
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La llegada de Totter está relacionada con la muerte de Maureen Stanning, que vivía en Longridge Farm. Ella y su esposo, tenían la responsabilidad de cuidar a tres pequeños, pero por malos tratos, uno murió. Ahora, por unas notas encontradas cerca del crimen, el sargento sabía que otros 2 asesinatos ocurrirían allí.
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Ningún huésped mostró relación con el asunto de Longridge Farm, incluso cuando Mrs. Boyle era uno de los magistrados. Es por esto que Trotter y Giles, hechan un vistazo a la casa, para ver si descubren más pistas.
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Al finalizar la inspección, con las luces apagadas y nadie presente, la segunda muerte sucede, en este caso de Mrs. Boyle.
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Por la falta de importancia presentado por los huéspedes, Trotter vuelve a interrogar, en este caso, acerca del lugar en el que estaban a la hora del homicidio. Claramente, nadie mostraba relación con el fallecimiento, a pesar de que el sargento, sí la encontró.
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Trotter consideró que Christopher era el criminal más probable, aunque luego mostró incertidumbre cuando tuvo una conversación con Mollie. En esta, ella se da cuenta de que es posible que una mujer cometiera el crimen.
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Mollie también nota que Christopher no es arquitecto, y que su esposo estuvo el día anterior en Londres por un periódico encontrado. Finalmente, Giles también descubre que ella estaba en esa ciudad.
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El sargento una vez más interrogó a Paravicini y Miss Casewell, al quedar solo con ellos. Él sospechaba algo de esa mujer, pero no logró obtener la información que esperaba, pero sí la manera de encontrarla.
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El sargento pone en marcha su plan para hacer que el asesino aparezca: hacer que todos vuelvan al lugar en el que estaban cuando Boyle murió, pero cambiando de persona. Con esto Mollie quedó en la sala.
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Lo inesperado sucedió. Trotter era el asesino y estando en la sala, tuvo la oportunidad para matar a Mollie, quien le había ocultado que era la maestra de Jimmy, el niño que murió.
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Finalmente el sargento era el hermano Gorgie, y miss Casewell, Kathy. El mayor Metcalf logró descubrirlo al ser policía, logrando detener este aniquilamiento antes de que ocurriera. La verdad entre la pareja también surgió, explicando que su ida a Londres fue para comprar el regalo de aniversario.