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Una mañana, al despertar, sintiendo que tuvo un sueño intranquilo, Gregorio Samsa está transformado en un insecto, sin razón alguna.
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Cuando Gregorio no salía de su cuarto, su familia le avisa que el apoderado de la tienda en donde trabajaba había llegado a su casa. Gregorio intenta convencer a su jefe de que él iba a ir al trabajo, y que tomararía el tren de las ocho de la mañana para llegar.
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Mientras Gregorío estaba en su cuarto, la señora Samsa intenta convencer al apoderado de que su hijo era un empleado ideal, y que por una falta al trabajo, no era justo que lo despidieran. Mientras tanto, Gregorio estaba intentando abrir la puerta de su cuarto, que tenía pestillo. Cuando lo logra, sale de su cuarto, y todas la serie personas que se encontaraban en la casa se dieron cuenta de que Gregorío ya no era un humano, sino que estaba convertido en un horroroso insecto de tamaño gigante.
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Una vez que Gregorío salió de su cuarto, y todo el mundo lo pudo ver, Grete empezó a llorar, la señora Samsa empezó a tener un ataque de asma, el señor Samsa empezó a sollozar y el apoderado sentía asco a causa de Gregorío.