La evolución del derecho electoral a través de las generaciones de reformas
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La primera generación de reformas electorales contempladas las de 1963, 1977
y 1986— se asentaron en la premisa del pluralismo político, es decir, en una decisión
encaminada a depositar en las elecciones y los partidos la garantía de heterogeneidad
política y social de México, cuyo propósito fundamental fue fomentar la presencia pública
de las minorías en los órganos de representación política. -
Expedición del código Federal Electoral donde se destacan las coaliciones partidarias el fortalecimiento de la representación proporcional y la fundación del tribual de lo contencioso Federal Electoral -
La conformación del modelo de organización electoral en México ha sido el
resultado de diversos acontecimientos políticos, económicos, sociales y culturales que
marcaron el proceso de democratización del último cuarto del Siglo XX y que tuvieron un
punto de inflexión en los sucesos que acompañaron a la competida elección presidencial
de 1988. -
Rediseñó el procedimiento de asignación del
principio de proporcionalidad, al tiempo que reforzó la cláusula de gobernabilidad. En los
comicios intermedios el PRI obtuvo 320 curules, dejando a la oposición con 180 repartidas
entre PAN, PPS, Partido de la Revolución Democrática (PRD), PFCRN y PARM. -
Se modificó nuevamente el artículo 54 constitucional para
determinar nuevas bases de asignación de los 200 escaños de RP. Destacan como
cambios afortunados la supresión de la cláusula de gobernabilidad y la ampliación de la
representatividad de los partidos distintos al PRI, oscilando entre 37 y 40 por ciento de la
Cámara, esto es, entre 185 y 200 curules. -
Dio un paso adicional en el fortalecimiento de la autonomía e
independencia reconocida al IFE. -
Se modificó el régimen jurídico de los partidos,
las condiciones de la competencia electoral y reconsideró la integración de los órganos de
representación nacional. -
Si las anteriores generaciones de reformas incidieron en el reconocimiento del
pluralismo político y en la autonomía e independencia de los órganos electorales, la tercera
generación de reformas electorales, sobre las premisas avanzadas desde la reforma electoral de 1993 y las subsecuentes, vino a enfatizar la exigencia de generar paridad de
condiciones en la competencia político-electoral. -
se orientó a regular los problemas que claramente se
habían presentado en las elecciones de 2000 y 2006, y que seguían afectando
negativamente la democracia, como el dinero y el uso y abuso de los medios de
comunicación. Por ende, tuvo que volver a incidir en el tema del financiamiento, pero se
concentró en edificar un nuevo modelo de comunicación política para equilibrar el acceso
de los partidos a la radio y televisión -
Las reformas electorales de 2007 y 2014 han enfatizado la necesidad de modificar
el modelo de organización electoral adoptado desde 1946, año en el que se distinguió y se
separó el ámbito electoral federal del local, depositando su organización en las autoridades
competentes, las cuales dependían de las respectivas secretarías de Gobernación dentro
de cada ámbito geográfico. -
Se dio un paso más en la misma dirección. Mantuvo la coexistencia
de órganos electorales locales, denominados Organismos Públicos Locales con el
ahora Instituto Nacional Electoral, cada uno con capacidades para organizar las
elecciones en el ámbito de sus respectivas competencias.
Sin embargo, al erigir al INE como institución de alcance nacional, a través de una competencia originaria sobre los procesos electorales de todo el país, se produjo la exacerbación de ese esquema competencial.