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Iñigo de Loyola, como fue inicialmente llamado, nació el 23 de octubre de 1491 en Azpeitia, España.
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Luchó contra los franceses en el norte de Castilla. Pero su breve carrera militar terminó abruptamente el 20 de mayo de 1521, cuando una bala de cañón le rompió la pierna.
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Para distraerse durante la convalecencia, Iñigo comenzó a leer libros católicos, mismos que cambiaron su mentalidad. Se retiró a hacer penitencia y a elaborar sus ejercicios espirituales.
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Partió en peregrinación a Tierra Santa. Se dirigió a Jerusalén, donde tenía el firme propósito de establecerse. Sin embargo, tuvo que renunciar a su proyecto y regresar a Europa.
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Volvió a España para estudiar y para poder afrontar mejor su proyecto de apostolado. Decidió irse a Paris en 1528 donde permaneció 7 años mejorando sus conocimientos.
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Para 1534 ya tenía 7 seguidores fieles. Viajaron a Flandes e Inglaterra y fueron aceptados por el papa Paulo III y se convirtieron Sacerdotes. En 1538 realizó su primera misa en navidad.
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Sus ejercicios espirituales fueron finalmente impresos. En 1544 escribió las Constituciones jesuitas.
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En sus últimos año de vida, Ignacio vio por la expansión de la compañía de Jesús a lo largo de Europa y América. Principalmente quiso tener presencia en la educación de la juventud.
Finalmente, falleció un 31 de julio de 1556, como consecuencia de una larga enfermedad ligada a la vesícula. -
En 1622, la Iglesia católica lo canonizó. En 1922 "Pío XI" lo declaró patrono de los ejercicios espirituales.
