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Hipócrates y Galeno afirmaban que los astros influían en la salud humana. Se creía que los cambios en la posición de los planetas y las estrellas podían causar enfermedades.
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Los seres humanos explicaban las enfermedades a través de creencias mágicas y supersticiones. Se pensaba que los males eran causados por espíritus malignos, hechicería, maldiciones o incluso la ira de los antepasados. En muchas culturas antiguas, se realizaban rituales y sacrificios para alejar estos espíritus y curar al enfermo. Los chamanes y curanderos eran los encargados de interceder entre el mundo espiritual y el físico, utilizando hierbas, cantos y rituales de sanación.
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En Egipto, Grecia y Roma se relacionaba la enfermedad con la voluntad de los dioses. En la Edad Media, la Iglesia influyó en la medicina, considerando la enfermedad como una prueba de fe o un castigo divino.
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Hipócrates propuso que el cuerpo tenía cuatro humores (sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema) y que el desequilibrio entre ellos causaba enfermedades. Galeno perfeccionó esta teoría y fue la base de la medicina por siglos.
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Antonie van Leeuwenhoek descubrió microorganismos con su microscopio, pero no se entendía su relación con las enfermedades. Se creía que estos organismos aparecían espontáneamente.
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Se pensaba que las enfermedades eran causadas por “miasmas” o vapores venenosos provenientes de la descomposición de materia orgánica, aguas estancadas y suelos contaminados.
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Describió la causa eficiente de la enfermedad, diferenciando entre la causa inicial (factores ambientales como el frío y el calor) y la causa antecedente (predisposición del cuerpo a enfermarse).
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Louis Pasteur y Robert Koch demostraron que las enfermedades eran causadas por microorganismos específicos, estableciendo los postulados de Koch y revolucionando la medicina y la fitopatología.
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Identificó tres categorías de causas: individuales (sexo, edad, aclimatación), atmosféricas (calor) y telúricas (suelo y entorno).
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Se reconoce que las enfermedades en plantas y humanos son procesos dinámicos que dependen de la interacción entre el patógeno, el ambiente y el hospedero, lo que se representa en el triángulo epidemiológico.