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Me sacaron en en estudio fotográfico, en Galicia, con una cámara plegable.
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Fui revelada en un cuarto oscuro. ¡Qué miedo!
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Una monedero negro, muy acogedor.
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Era muy espacioso, las carteras de hoy en día son muy incómodas.
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Una cartera roja. Allí, me cuidaron mucho. Por las noches había muy buen ambiente. Los vecinos eran muy agradables.
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Durante esta etapa, conocí a muchas fotos, e hice muy buenos amigos.
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Fue una experiencia traumática. Pero ese mismo día me curaron con un celo que todavía llevo.
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Me empapé y estuve 2 semanas resfriada. Todavía tirito cuando lo recuerdo...
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Era una auténtica mansión, pero tenía tanto espacio que acabé con síndrome de Diógenes.
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El nieto de Antonio me dejó en un cajón. Muchas veces me presentaba a sus hijos y amigos, pero allí me aburría mucho.
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Una cartera modesta, mi apartamento no tiene más de 3cm2, pero allí soy feliz.
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Hasta ahora, mi residencia favorita, espero no mudarme más. Si os soy sincero, es raro ver billetes por aquí, pero lo prefiero así. Hoy en día, la mayoría de los billetes son engreídos y altivos. Las pesetas, en paz descansen, eran mucho más respetuosas y agradables.