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La sucesión primaria implica un cambio fundamental en los flujos de energía, ya que el organismo destina una cantidad cada vez mayor de energía al mantenimiento conforme se acumula biomasa y materia orgánico.
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La sucesión secundaria es el cambio en la composición de especies con el tiempo en un hábitat ya sustancialmente modificado por una comunidad preexistente, ya que hay suelo en estos lugares.
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Las especiales características que adornan al ser humano hacen que el impacto causado por éste sobre los ecosistemas sean mucho mayor que el provocado por cualquier otra especie.
