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El lunes Luisa, mi hermana recibió el regalo de cumpleaños que ha deseado desde los 8 años. Con muchas advertencias sobre limpieza y ccmportamiento la cachorra llegó a los brazos de mí dulce niña.
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Luisa al abrazar a su nueva mascota sintió como el afecto sincero de un canino era expresado con tan sólo una carisia de su larga lengua, depués de su primer encuentro con Luna, como llamaron ala perrita, mi hermana decidió jugar toda la tarde con su nueva amiga en la cama.
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Luisa estudia en las mañanas en el Colegio Nuestra Señora del Pilar y Luna debe esperarla hasta las 2 pm. La mascota juega toda la mañana mientras llega su dueña.
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Luna jugó solitaria hasta que yo, el hermano mayor de Luisa la ví, la tomé entre mis brazos y nos acostamos a jugar en el suelo como si fueramos compañeros de la misma manada
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Hoy mí hermana no asistió a clases, entonces decidió estar todo el tiempo jugando con Luna, Nora, nuestra madre, le advirtió a Luisa que no jugara con su mascota dentro de la casa.
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Luna muy enérgica se levantó esta mañana, Luisa encontró una pelota y enseñó de inmediato a la perrita como jugar a atrapar la pelota.
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Cientos de veces Luisa lanzó la pelota para que Luna la atrapara. Así pasaron la tarde entre juegos y lamidas.
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De nuevo el Jueves Luisa fue al Colegio, ella abandonó a Luna toda la mañana, pero en ausencia de su compañera de juego, la mascota busca como entretenerse y es así como la astuta perrita encuentra la pelota.
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Luna juega sin parar en la sala sin percatarse de los objetos de cristal que existen en la sala. En un movimiento juguetón la pequeña cachorra golpea la mesa y en un instante los objetos de vidrio que reposaban sobre la mesa caen al suelo y en mil partes terminaron su existencia.
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Después del daño que Luna candidamente realizó, Nora decidió regalar a Luna.
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Durante toda la mañana observe a Luisa llorando, ella no fue a estudiar, lloró la noche anterior y su estado de ánimo no era el mejor.
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Al ver a mi hermana triste, yo hablé con mi madre para convencerla sobre la continuidad de Luna en nuestra familia, así que me compremetí a educar a la mascota, tan sólo para ver feliz a mi hemanita.
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Después de utilizar mis habilidades de argumentación y convencimiento, yo logré que mí madre acepatara los términos de permanencia de Luna en la casa, además mi hermana se comprometió en el cuidado y protección de su mascota.