-
El Imperio Antiguo consolidó el sistema político, cultural y religioso surgido durante el periodo protodinástico, con la aparición de una monarquía cuyos rasgos más notables son la divinización absoluta del faraón y un poder político fuertemente centralizado.
-
El importante cambio de mentalidad, así como del crecimiento de las clases medias en las ciudades originó una nueva concepción de las creencias, reflejándose en la aparición de los denominados Textos de los Sarcófagos. Osiris se convirtió en la divinidad más popular, con Montu y Amón.
-
La principal característica del Imperio Medio, contrastando con periodos anteriores, fue que a pesar del centralismo político, se observa en las expresiones artísticas, una tendencia hacia una representación "humanizada" de la realeza.
-
Este periodo comienza cuando los gobernantes egipcios de la Dinastía XIII trasladan la capital de Itj-tawi (en el Bajo Egipto, cerca de Lisht, al sur de Menfis) de vuelta a Tebas, la antigua capital de finales de la Dinastía XI en el Alto Egipto, aflojando su control sobre el norte.
-
El Imperio Nuevo fue una época de gran poder, riqueza e influencia, como lo evidencian su importante comercio exterior y sus conquistas en el extranjero. Los faraones de las dinastías XVIII a XX fueron grandes constructores de arquitectura religiosa.
-
En su momento de máxima expansión, Asiria controlaba un territorio que hoy comprendería, parcial o totalmente, los países de Irak, Siria, Palestina, Israel, Jordania, Líbano, Turquía, Irán, Arabia Saudita, Egipto, Kuwait, Chipre, Armenia, Azerbaiyán y Georgia.
-
El ejército de Alejandro Magno, una máquina de guerra invencible. El rey macedonio convirtió el ejército de un pequeño reino griego en la máquina de guerra más poderosa de la antigüedad, con la que conquistó el mayor imperio visto hasta entonces.
-
El imperio persa fue uno de los más expansivos del mundo antiguo. Persia, ubicada en los límites del actual Irán, fue la última gran potencia del antiguo Oriente Próximo.