Desarrollo de la caricatura política en Colombia

  • José María Espinosa

    José María Espinosa
    José María Espinosa, el abanderado de Nariño, prisionero en Popayán en 1816, hizo un retrato burlesco de Laureano Gruesso, quien representaba el poder español y decidía sobre la vida de los prisioneros. Esta actitud de reto divertido es la quintaesencia de la caricatura política. Espinosa, quien en su autobiografía confiesa: "Me inicié haciendo caricaturas..." se convertirá en cultivador asiduo del género, en los aspectos social y político. En este último campo tiene el mérito de ser el pionero.
  • Las nuevas Aleluyas

    Las nuevas Aleluyas
    "Las nuevas aleluyas", la caricatura más antigua que se conoce en el país, se produjo durante la Convención de Ocaña a raíz del enfrentamiento entre bolivarianos y santanderistas. La denominación aleluya proviene de algunos impresos religiosos que se convirtieron a finales del siglo XVIII en estampas mordaces de carácter popular.
  • Carlos Casar Molina

    Carlos Casar Molina
    Carlos Casar Molina llegó al país contratado por Francisco Antonio Zea para imprimir papeles del gobierno y vales de la masonería. Realizó también algunos retratos y fabricó naipes. Aunque se le conoció inicialmente como amigo de Santander, debió cambiar de opinión a partir de su instalación en Cartagena
  • la década de el periodismo satírico

    la década de el periodismo satírico
    a medida que se progresaba en el campo de la imprenta. Aparecieron los sellos y las viñetas importados y los titulares ilustrados con grabados. La caricatura floreció gracias al impulso dado a las artes gráficas por Manuel Ancízar y sus amigos venezolanos, Jerónimo y Celestino Martínez, Carmelo Fernández, Cecilio Echeverría y otros, quienes se dedicaron al arte de editar libros humorísticos como el Teatro social del siglo XIX y La risa.
  • Artistas reconocidos se vincularon a la caricatura política

    como José María Espinosa, José Manuel Groot, Ramón Torres Méndez y Justo Pastor Lozada. El momento era propicio para la sátira: el enfrentamiento entre liberales y conservadores a causa de la expulsión de los jesuitas, el fin de 12 años de hegemonía conservadora, el triunfo de los radicales, la conformación de una fuerza política de artesanos y los debates sobre la nueva Constitución hicieron de la etapa 1848-58 una de las más fructíferas
  • La edad de oro de la caricatura (1870–1930)

    En el último cuarto de siglo XIX, la caricatura se consolidó. Se observa una comprensión de su valor como arma: mientras efectivamente se luchaba en los campos, se imprimieron periódicos de caricatura destinados a la guerra mordaz entre los partidos
  • Manuel Uribe Angel

    Manuel Uribe Angel
    reflexionó lúcidamente sobre la caricatura al considerarla "juguetona y traviesa", "peligrosa" y "calumniadora de cuando en cuando", pero al mismo tiempo "la gran educadora del mundo".
  • Alberto Urdaneta

    la persona más versada en caricatura en el país, porque conoció a artistas del género en Francia— clavó su afilado lápiz en el radicalismo, que se había afianzado en el poder durante dos largas décadas. La administración Aquileo Parra fue su víctima. Lo que no imaginó Urdaneta es que el Papel Periódico Ilustrado
  • Publicaciones anónimas

    Publicaciones anónimas
    El tema de la dictadura de Reyes renovó el registro de los grabadores, que no habían logrado mucha imaginería de la guerra de los Mil Días. Periódicos como Zig-Zag (1909-10) dieron ejemplo a las provincias; Bucaramanga, Cartagena, Manizales y Medellín se animaron a estampar caricaturas políticas, con la seguridad de que éstas eran "un impuesto" que pagaba "el ridículo poderoso", como se dijo en El Banano, de Bucaramanga, en 1909.
  • La caricatura moderna

    La caricatura siempre ha sido moderna; por eso Miguel Escobar la ha llamado "la vanguardia clandestina". Gracias a ella, y particularmente a la revista Cromos, se conocieron en el país el futurismo, el cubismo, el expresionismo y a Picasso.
  • Rojas Pinilla

    por la censura y persecución a importantes diarios del país, sólo dejó unos cuantos héroes-caricaturistas, como Hernán Merino y Hernando Turriago (Chapete). El Frente Nacional atomizó los temas de tal forma que la sátira política sobrevivió gracias a una insólita unión con el tema social y a la apertura hacia los problemas de América Latina. Vinieron influencias extranjeras que le dieron nivel y reflexión,
  • El presente

    al considerarla como "dibujo de humor"; con ello se enriquece la sensibilidad del dibujante y del observador, al intentar realizar el viejo sueño de Daumier de que un buen dibujo no necesita textos. Jóvenes como Jorge Grosso, Rodrigo Guerreros, Jairo Peláez , Sin embargo, el futuro del género es impredecible. La caricatura política en el país del verbo ha podido sobrevivir; gracias a ella se puede adquirir un sentido crítico de los acontecimientos y una historia más libre y expresiva.