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Los crímenes de Francisco Antonio Laureana

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    Nacimiento de Laureana

    Francisco Antonio Laureana: Nace en Corrientes, Argentina el 1-02-1952 y muere en San Isidro, Ciudad de Buenos Aires; 27 de febrero de 1975), mediáticamente conocido como «el Sátiro de San Isidro», fue un joven argentino violador y asesino en serie quien, durante un lapso de seis meses entre 1974 y 1975, violó a 15 mujeres, de las cuales asesinó a 13. Solía matar a casi todas sus víctimas los miércoles y jueves cerca de las 18:00 horas
  • Huida a Buenos aires

    La policía afirmó que Laureana huyó de la ciudad de Corrientes porque en el colegio religioso violó y ahorcó a una monja en las escaleras del establecimiento.​ En julio de 1974 se mudó a la ciudad de San Isidro (en el norte del Gran Buenos Aires) donde trabajó como artesano vendiendo aros, pulseras y collares. Se casó con María Romero, mujer la cual tenía tres hijos.
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    Crímenes y modus operandi

    cerca de las 6 de la tarde desaparecían una mujer o niña y sus cuerpos sin vida eran encontrados poco tiempo después en baldíos, tras haber sido violadas y asesinadas, en algunos casos estranguladas y en otros asesinadas con un revólver. Sus víctimas eran mujeres que tomaban sol en los chalés o que esperaban en paradas de colectivo. Siempre robaba algo a su víctima, como "trofeo" y los guardaba en una bota. En ocasiones regresaba semanas después al mismo lugar para revivir el momento del crimen.
  • Sus Primeros crímenes en Buenos Aires

    Comenzó a matar en el mes de noviembre de 1974. Su “coto de caza” era el partido de San Martín. Atacaba los días miércoles y jueves, desde las 18 a las 21 horas casi exclusivamente viviendas que poseían piletas de natación y en las que se podían acechar cómodamente a sus ocupantes que eran niñas y mujeres jóvenes
  • El crimen de Noemí y Nora Álvarez

    En el mes de enero de 1975, en el partido de Boulogne Sur Mer, sorprendió a las hermanitas Álvarez, Noemí Gabriela y Nora Beatriz, de 5 y 7 años respectivamente, las sofocó con una almohada y les disparó en la cabeza, se comprobaron severas lesiones genitales.
  • Publicación del identikit

    Publicación del identikit
    luego del crimen de las hermanas Alvares, una vecina alertada por los gritos salió a la calle y vio a un hombre de aproximadamente 25 años de edad y de cabellos castaños. También un ingeniero que lo vio huir e intentó detenerlo fue baleado por Laureana en el cuello. Pese a ello logró hacer una descripción que fue la base para la confección de un identikit que se distribuyó por todo San Martín.
  • Fallido ataque a una niña en San Isidro

    El día 27 de febrero de 1975 Laureana volvió a atacar, se trataba de un chalet con pileta de natación de la calle Int. Tomkinson, partido de San Isidro. En la pileta estaba una niña de 8 años de edad, que le dijo a su madre: “Mamá ese es el hombre de la foto que mata a las nenas”, la madre comenzó a gritar pidiendo auxilio. Laureana ganó la calle. Sin perder la calma, la señora, vía telefónica, alertó a la policía de la comisaría primera de San Isidro.
  • Persecución Policial

    La policía lo encontró a pocas cuadras; se acercaron al sospechoso para pedirle que los acompañara para un interrogatorio. Según el informe de los policías, Laureana sacó entonces de una bolsa que llevaba en el hombro un arma de fuego y empezó a disparar a los oficiales, iniciando así un tiroteo en el que recibió un disparo en el hombro y luego escapó malherido, escondiéndose de la policía en el gallinero que se encontraba en los fondos de una mansión.
  • Enfrentamiento con la Policía y Muerte

    Enfrentamiento con la Policía y Muerte
    Los policías bonaerenses se acercaron al gallinero donde se escondia y acribillaron a Francisco Laureana. La policía lamentó haber tenido que matarlo, ya que hubieran querido interrogarlo sobre los motivos que lo llevaron a cometer los crímenes. Se encontraron en el gallinero dos gallinas ahorcadas.
    Cuando se le informó a su mujer, Dijo: «Acá tuvo que haber un error. Mi marido no pudo haber hecho todo eso. Era un buen padre, un buen marido, un artesano que amaba lo que hacía