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El carlismo tuvo su origen en el problema sucesorio de Fernando VII con la publicación de la Pragmática Sanción.
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Fernando VII falleció en y las Cortes reconocieron a Isabel II como nueva reina y a su madre, María Cristina de Borbón, como regente (1833-1840)
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En la primera etapa los escenarios principales fueron País Vasco -salvo las grandes ciudades-, Navarra, interior de Cataluña y el Maestrazgo, territorios controlados por las fuerzas carlistas. El ejército carlista sufrió un duro revés con el fallecimiento de Zumalacárregui
en el sitio de Bilbao (1835). -
Ante la escasa edad de la princesa Isabel, será su madre la que ejerza la regencia hasta 1840. A lo largo de la misma tendrá que hacer frente a la guerra con su cuñado Carlos y a las reformas que llevarán a la institucionalización del sistema liberal en España.
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Carlos María Isidro se autoproclamó rey de España con el nombre de “Carlos V” a través de este manifiesto comenzando así la primera guerra carlista. Los bandos en conflicto eran los isabelinos y los carlistas.
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Texto jurídico, propuesto por los liberales moderados y algunos absolutistas que apoyaban a la princesa Isabel, frente a su tío Carlos María Isidro. Se trató de una Carta Otorgada, ya que no fue aprobado por ningún paralmento y no reconocía la división de poderes. Su vigencia fue muy corta, ya que en 1937 fue sustituido por una constitución.
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La segunda etapa se caracteriza por dos grandes expediciones carlistas. La primera de ellas fue la del general Miguel Gómez, y la segunda fue la “expedición real” (1837). Esta fracasó por la oposición de las ciudades y de las fuerzas isabelinas, lideradas por el general Espartero, que había adquirido gran prestigio por levantar el segundo sitio de Bilbao tras su victoria en la batalla de Luchana (1836).
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Fue el proceso de expropiación de los bienes del clero regular de 1836 y su posterior venta en subasta pública, con el fin de cambiar el sistema de propiedad, obtener recursos para la guerra carlista, aminorar la deuda pública y promover el desarrollo de la industria. Fue llevada a cabo por el ministro de Hacienda Álvarez de Mendizábal (1835-1836).
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Consistió en la venta por subasta de las tierras
expropiadas al clero regular. Perseguía; sanear la Hacienda mediante la amortización parcial de la deuda pública; financiar los gastos de la guerra civil contra los carlistas; convertir a los nuevos propietarios en adeptos a la causa liberal; y mejorar la productividad de la agricultura. -
Las desamortizaciones consistieron en la expropiación por parte del Estado de las tierras eclesiásticas y municipales (amortizadas o en manos muertas) a las que se declaró “bienes nacionales” para su posterior venta a particulares mediante subasta pública.
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Primera constitución del reinado de Isabel II, elaborada y aprobada con la llegada de los progresista al gobierno, tras el pronunciamiento de los sargentos de la Granja de San Ildefonso (agosto de 1836). Tomando como referencia a la constitución de Cádiz, proclama la soberanía nacional, la división de poderes, los derechos individuales y la organización del Estado como una monarquía constitucional.
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En la tercera etapa, los fracasos del carlismo provocaron la división de sus mandos en dos tendencias: los transaccionistas y los exaltados. La guerra concluyó con la derrota carlista y con el Convenio de Vergara, comúnmente conocido como el “Abrazo de Vergara” (agosto de 1839).
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Durante su regencia se fue consolidando el régimen liberal. Sus principales medidas fueron la desamortización de bienes del clero secular, la limitación de los derechos forales vascos y navarros y la elaboración de una nueva ley librecambista.
Narváez promovió una sublevación militar, el pronunciamiento de Torrejón de Ardoz (julio de 1843), que obligó a Espartero al exilio.
El fracaso de las regencias de María Cristina y Espartero hizo que proclamaran a Isabel II reina de España -
Su reinado ocupa uno de los períodos más complejos del siglo XIX, caracterizado por los profundos cambios políticos que trae consigo la Revolución liberal: el liberalismo político, con la consolidación del nuevo Estado parlamentario y constitucional, junto a las transformaciones socioeconómicas que permiten el paso hacia una economía liberal-capitalista y una sociedad de clases.
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El Partido Moderado, fundado por Francisco Martínez de la Rosa en 1834 y heredero de los “doceañistas” del Trienio Liberal. Su líder más significativo fue el general Ramón María Narváez,
presidente del Gobierno varias ocasiones; otros destacados dirigentes fueron Istúriz, González Bravo o Bravo Murillo. -
El Partido Progresista fue creado en 1835, como rechazo al Estatuto Real de 1834. Sus principales líderes fueron, el general Espartero, el general Juan Prim, Juan Álvarez de Mendizábal o Salustiano Olózaga, entre otros.
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La Unión Liberal fue fundada y dirigida por el general Leopoldo O’Donnell.
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El Partido Demócrata, surgió como una escisión del ala izquierda de los progresistas. Destacaban Nicolás María Rivero, José María de Orense y Emilio Castelar, entre otros.
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-Creación de la Guardia Civil (abril de 1844) y la supresión de la Milicia Nacional en materia de orden público.
-La reconciliación con la Iglesia. Se firmó un Concordato en 1851 con la Santa Sede.
-La unificación jurídica: adopción de un Código Penal común en 1848 y 1850.
-La reforma fiscal, impulsada en 1845 por el entonces ministro de Hacienda, Alejandro Mon.
-La ley electoral de 1846.
-Defensa de un Estado centralizado y uniforme. -
La llegada de los moderados al poder en 1843 supuso la elaboración y aprobación de esta Constitución en la que se consagran los principios doctrinales del llamado liberalismo doctrinario: autoridad y orden, mayor poder a la corona, soberanía compartida y restricción de las libertades, especialmente la de opinión y prensa.
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El matrimonio entre Isabel II y su primo Francisco Asís de Borbón reavivó el enfrentamiento con los carlistas.
Narváez dio un golpe de Estado contra sus propios compañeros de partido en octubre de 1847 y retuvo el poder.
La profunda crisis interna del Partido Moderado contribuyó a la caída del Gobierno de Bravo Murillo en diciembre de 1852 y de los propios moderados. Un grupo de militares decidió pronunciarse contra el Gabinete; comenzando así la “Vicalvarada”, que puso fin a la Década Moderada. -
Periodo de gobierno del partido progresista, iniciado por un pronunciamiento militar (1854) creado por O'Donnell y Dulce, la "Vicalvarada", que obligó a la reina a llamar al gobierno a los progresistas, tras diez años de gobiernos moderados. Durante el bienio se culminó el proceso desamortizador, se aprobó la Ley de ferrocarriles en junio de 1855, entre otras medidas modernizadoras de la economía española.
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Su difusión permitió que la sublevación militar se transformara en una revolución popular y progresista. A la reina sólo le quedó un camino, nombrar un gobierno presidido por la principal figura del progresismo, el general Espartero.
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Incluía las tierras amortizadas de la Iglesia que todavía no habían sido vendidas tras las expropiaciones anteriores y las de propiedad municipal. Perseguía además, reducir la deuda pública, pues se destinó parte de los ingresos obtenidos a financiar la construcción de las infraestructuras tan necesarias para modernizar la economía, en especial la red de ferrocarriles.
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Acta que ampliaba ligeramente las libertades respecto a la Carta Magna impulsada por el moderantismo.
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Comenzó con O’Donnell, quien restableció la Constitución de 1845. Isabel nombró a Narváez presidente, quien aprobó una ley de Instrucción Pública en 1857. O’Donnell volvió a la presidencia con una política exterior de prestigio, realizó una expedición a la Cochinchina (1858-1863), la guerra de Marruecos, la anexión voluntaria de la República Dominicana, la expedición a México, y la guerra del Pacífico. El "Gobierno largo" de O’Donnell llegó a su fin en marzo de 1863.
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El nuevo Gobierno de Narváez afrontó un grave conflicto en el mundo universitario. Una manifestación de estudiantes acabó, tras la actuación de la fuerza pública, con 11 muertos y 193 heridos.
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El Pacto de Ostende es un acuerdo firmado por liberales progresistas y demócratas, con la Unión Liberal, para promover la democratización y recuperación económica de España. Se firmó en el puerto belga de Ostende, donde se acordó destronar a la reina Isabel II y convocar elecciones mediante sufragio universal masculino. Los que firmaron este pacto fueron los protagonistas de la llamada revolución gloriosa que puso fin al reinado de Isabel II y a la dinastía de los Borbones.
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Los progresistas, marginados de la alternancia política por la Corona, se lanzaron a la vía militar como única salida para forzar el cambio de Gobierno.
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Fue un levantamiento armado, organizado por los generales Prim y Serrano, y llevado a cabo por el general Topete en Cádiz. Fue apoyado por casi todos los partidos, frente a un sistema que había derivado en autoritarismo, y frente a la propia monarquía. Esta revolución acabó con Isabel II y su exilio a París, y supuso el inicio del Sexenio Democrático.
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Primera Constitución en la que se recogen claramente los postulados del liberalismo democrático: estricta división de poderes, reconocimiento de todos los derechos individuales y colectivos, así como algunos derechos sociales y proclamación del Estado aconfesional. Su vigencia fue corta, puesto que en 1873, con la proclamación de la I República, se elaboró una nueva constitución.