-
En un caluroso amanecer salgo de mi madre en el hospital de St. Pau de Barcelona para empezar a cambiar el mundo.
-
No podía esperar más tiempo comunicándome sólo llorando, tenía que aprender a expresar mis emociones de otro modo.
-
Con nueve meses pasé cuatro días conviviendo con la varicela. Por suerte no lo recuerdo.
-
Gatear está bien, pero prefiero no ver todo el día el polvo y la suciedad del suelo en primer plano.
-
Los años felices de mi vida empiezan aquí… y terminan en el punto XIII.
-
En ese momento odiaba a mi profesora… y me juré a mi misma que no volvería a pasar por eso otra vez.
-
Ese día descubrí mi deporte favorito, aunque a los bolsillos de mis padres no les hizo tanta ilusión.
-
Clasificado uno de los mejores días de mi vida, porque abrí la puerta del amor por ballet y la danza que he mantenido abierta hasta hoy.
-
Creo que no me había sentido tan nerviosa en mi vida… incluso con el mallot al revés.
-
Creo que no he salido más contenta de un examen en mis trece años de vida, los nervios no valieron la pena ese día.
-
Recuerdo que rompí a llorar cuando lo supe, pero no dije nada.
-
Esperé hasta finales de enero para decírselo a mis padres porque no quería que nada cambiase.
-
Intenté llorar pero no pude… ya no podía llorar por esas cosas, ya había cambiado.
-
Canadá es precioso, pero no a las seis de la mañana. Aun así, es una de mis experiencias favoritas.
-
Empieza mi nueva vida… lo dejé todo atrás pero valió la pena. Nuevos amigos, nuevos profesores...
-
La amistad más valiosa que he hecho hasta ahora y la que espero no perder nunca.
-
Allí perdí a mis amigas… pero el recuerdo de aquel viaje permanecerá en mi corazón. Otra experiencia más en mi bolsillo.
-
No volví a hablar con ellas hasta ese septiembre pero las recuperé con más fuerza de la que nunca hubiese podido tener.
-
Había cambiado mucho… la adolescencia no le había sentado bien.
-
Incluso escribí un pequeño poema. Y lo peor es que soñé que lo suspendía con la misma nota. En conseqüencia de eso, ahora me preocupo y se me hace un nudo en el estómago cuando reparten los exámenes con la nota, pero supongo que ya se me pasará, no he vuelto a suspender desde entonces y no tengo intención de volver a hacerlo.
-
Hay mucha gente hipócrita en esta vida… y ahora ya lo sé.
-
No sé esconder mis emociones... pero la parte bonita de asunto es que me doy cuenta por algo maravilloso.