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Camino a su trabajo, Montero ve tras la ventana del bus en el que iba un anuncio que pedía a un historiador joven. Ordenado, Escrupuloso y conocedor de la lengua francesa, con un sueldo que era casi 5 veces mayor que el suyo
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Va hacia Donceles 815, al llegar y tocar la puerta, esta estaba abierta, por lo que pasa y encuentra a Consuelo, una anciana que le explica que el trabajo consiste en recopilar y hacer las memorias de su esposo, fallecido hace 60 años
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Luego del encuentro con la anciana, una de las condiciones era que se quedara en esa casa, lo que le convenció fue ver a Aura, sobrina de Consuelo
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La anciana le pide que empiece a trabajar, pero Montero ve que las memorias no tienen tanto valor, pero sigue en el trabajo por la gran paga.
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Al despertar, Aura estaba echada al lado de Montero, diciendo que él era su esposo, pero eso no lo detiene de su trabajo.
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Aura mantenía la ilusión de juventud de Consuelo, antes de ello trató de llevársela, pero fue en vano.
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Montero se entera que Aura estaba en una foto de 1876, en la que también salía él, como Llorente.
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Anteriormente acordaron encontrarse, por lo que en el momento, los 2 se dan cuenta que son el uno para el otro.