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Día 1: Dios creó la noche y el día.
Día 2: Dios creó el cielo y el mar.
Día 3: Dios creó a las plantas.
Día 4: Dios creó las estrellas, la luna y el sol.
Día 5: Dios creó a los peces en el océano y a las aves en el cielo.
Día 6: Dios creó al hombre y a los animales.
Día 7: El día siete Dios descansó. -
Cuando Dios terminó de crear todas las cosas, creó al hombre a su imagen. Del polvo creó al hombre. Su nombre era Adán.
Pero Adán estaba solo y eso no era bueno.
Dios hizo que Adán cayera en un sueño profundo. Mientras Adán dormía, Dios le sacó una costilla. Dios usó la costilla de Adán para crear una mujer hermosa. Su nombre era Eva.
Adán y Eva vivieron en el jardín que Dios había creado. Disfrutaron de una relación entre ellos y con Dios. -
El Jardín del Edén era un lugar hermoso donde vivían Adán y Eva. Un día, Eva caminaba por el jardín, y escuchó a una serpiente que la llamaba. Era Satanás disfrazado.
Satanás convenció a Eva de probar la fruta que Dios les advirtió que no comieran. Y Eva hizo que Adán también la probara.
Adán y Eva comenzaron a sentirse infelices. Sabían que habían desobedecido a Dios.
Dios dijo que tendrían que abandonar el Jardín pero les prometió que alguien vendría a salvarlos de su pecado. -
Dios estaba muy triste porque los seres humanos se habían vuelto envidiosos y egoístas. En el mundo había tan solo un hombre bondadoso, se llamaba Noé y tenía tres hijos. Dios le pidió a Noé que construyera un arca de madera muy grande y adecuada para navegar, pues pronto enviaría un gran diluvio.
Dios le dijo a Noé que llevara en el arca a toda su familia, con las provisiones necesarias para un viaje muy largo y que hiciera entrar una pareja de todos los animales que existían. -
Cuando todos los animales terminaron de entrar en el arca. Dios envió una fuerte lluvia que duró cuarenta días y cuarenta noches. Toda la tierra se inundó, pero Noé y su familia y todos los animales estaban protegidos en el arca que iba flotando sobre las aguas.
Cuando dejó de llover, Noé soltó una paloma para ver si encontraba un lugar seco y esperó. Cuando la tierra estuvo seca liberaron a todos los animales para que volvieran a poblar el mundo. -
Tras el diluvio, las poblaciones comenzaron a crear una enorme torre que aspiraba alcanzar a Dios.
Dios, al enterarse de los planes que tenían los constructores hizo que cada vez que se construyera una planta los que trabajaban en la siguiente cambiaran su lenguaje, de esa manera con el tiempo les fue imposible comunicarse con los que estaban en los niveles inferiores.
La torre de Babel representa el pecado de la soberbia, al querer alcanzar el cielo y a Dios, para parecerse a él. -
Dios le dijo a Abraham: “Vete de tu país y de tu pueblo a la tierra que te mostraré. Haré de ti una gran nación y te bendeciré. De hecho, toda la gente de la tierra será bendecida gracias a ti ".
Abraham le contó a su esposa Sara lo que Dios le había dicho. Abraham y Sara confiaron en Dios.
Abraham viajó a otra tierra con su esposa, Sara, y su sobrino, Lot, y se llevó todo lo que poseía. Fueron a donde Dios les dijo. Abraham y Sara pusieron su fe en Dios. -
Abrahám y Sara llevaban esperado mucho tiempo para tener un hijo. Cada noche, miraban las estrellas en el cielo y recordaban la promesa de Dios: "Tus descendientes serán tantos como las estrellas".
Cuando Abrahám iba a cumplir 100 años, Dios le dijo: ¡Tu mujer te dará un hijo!. Lo mismo le dijeron tres hombres que visitaron a Abrahám: Dile a Sara que dentro de un año será madre.
Sara, que lo había escuchado estalló en una carcajada.
Al cabo de un año, como Dios había prometido, nació Isaac. -
Isaac, el hijo de Abrahám se casó con Rebeca y tuvieron dos hijos gemelos: Esaú y Jacob. Esaú fue un gran cazador y Jacob un buen cocinero.
Cuando Isaac envejeció, quiso que Esaú se hiciera cargo. Pero Jacob quería la bendición, así que engañó a su hermano para que cambiara su bendición por un plato de sopa. Esaú quiso vengarse de Jacob y por eso éste tuvo que huir a un país lejano.
Después de varios años Jacob regresó y Esaú salió a su encuentro muy feliz, y vivieron en paz. -
Su padre, Jacob, lo amaba y él podía interpretar los sueños, pero sus hermanos lo vendieron a unos comerciantes extranjeros que iban a Egipto.
José sufrió mucho en Egipto pero siguió interpretando los sueños y por su habilidad consiguió un cargo importante.
Después de muchos años volvió a encontrarse con su padre y sus hermanos, cuando estos fueron a Egipto a comprar alimentos. José los perdonó. -
Un día el faraón ordenó que todo niño varón que naciera de las mujeres hebreas fuera arrojado a las aguas del Nilo. Sólo las niñas podían vivir.
Una madre, Jocabed, escondió a su bebé y lo puso en una canasta entre los juncos del río Nilo. La hija del farón descubrió la cesta y lo recogió.
Moisés fue salvado de las aguas y Dios lo escogió para guiar a su pueblo por el desierto. -
Cierto día, Moisés pastoreaba las ovejas cerca del monte Horeb y vio una zarza que ardía pero no se quemaba. Y de en medio de la zarza se escuchó la voz de Dios:
¡Quiero que saques a mi pueblo de la esclavitud!.
¡Ay Dios!. Quisiera obedecerte pero me asusta la presencia del faraón.
Moisés, no tengas miedo, dijo Dios. Tú no estás solo en esta misión: irás con tu hermano Aarón.
Se presentaron Moisés y Aarón ante el faraón para que liberara a los israelitas, pero no les hizo caso. -
El faraón no liberó al pueblo de Israel y le aumentó los trabajos.
Entonces Dios mandó sobre Egipto muchas plagas. Llovieron sobre Egipto ranas, moscas, mosquitos, langostas, granizo. Y Dios envió la peor plaga de todas: el hijo mayor de cada familia moriría.
Sólo los que obedecieran a Dios y pusieran sangre en los postes de sus puertas se salvarían.
Finalmente, el faraón llamó a Moisés y le dijo: “Vete. Eres libre". -
El faraón decidió perseguir a los israelitas. Moisés animaba a los israelitas para que no tuvieran miedo y confiaran en Dios.
Al llegar al Mar Rojo, Moisés extendió su bastón y las aguas se dividieron, así lograron pasar a la otra orilla sanos y salvos.
El faraón y su ejército avanzaron también a través del mar pero cuando iban en la mitad del mar, las aguas se unieron impidiéndoles continuar. -
El pueblo de Israel siguió avanzando hasta llegar al monte Sinaí. Moisés subió al monte y Dios le encargó comunicarle al pueblo algunos mandatos necesarios para vivir felices y en libertad. Y para que no los olvidaran los grabó con fuego en dos tablas de piedra. Eran los 10 mandamientos.
Al bajar del monte Sinaí, Moisés le contó al pueblo lo que Dios le había dicho y les mostró las tablas con los mandamientos. Luego hizo construir un arca en la que puso las tablas. -
Dios prometió guiar a su pueblo.
De día, una columna de nube aparecía en el cielo para guiarlos.
Por la noche, la columna de nube se convertía en una columna de fuego.
Así fue como Dios les mostró el camino a seguir. -
El pueblo de Israel se negó a confiar en Dios e ir a la Tierra Prometida.
Querían regresar a Egipto. Preferían ser esclavos que obedecer a Dios.
Dios los hizo vagar por el desierto durante cuarenta años. -
Después de 40 años por el desierto, Dios decidió que su pueblo estaba listo para entrar en la Tierra Prometida.
Josué llevaría a Israel a la nueva tierra. -
Josué confió en Dios y supo que era hora de entrar en la Tierra
Prometida.
Jericó era una ciudad con grandes muros.
Dios le dijo a Josué que marchara por la ciudad durante siete días con toda la gente. En el séptimo día, Josué dijo: “Gritaremos y tocaremos nuestros cuernos, y Dios hará que el muro de Jericó se caiga al suelo”. Todos gritaron tan fuerte como pudieron, y las paredes de Jericó cayeron.
Dios salvó a Rahab y a su familia porque ella tenía fe en Él. -
Sísara se había hecho con el poder en la Tierra del pueblo de Israel.
Débora amaba a Dios y era tan sabia que todos la escuchaban.
Un día, Dios le dijo a Débora que llamara a Barac, el lider del ejército de Israel y que le dijera que entrara en batalla con Sísara porque Dios le ayudaría a ganar.
Barac estaba asustado porque Sísara tenía un ejército mucho más fuerte.
Cuando la batalla comenzó llovía tan fuerte que los carros de Sísara quedaron atrapados en el barro y tuvieron que huir. -
Dios le dio a Sansón una fuerza asombrosa: venció a un león, derrotó a 1000 hombres en una batalla. Sansón no debía cortarse el pelo nunca para ser fuerte. Pero se enamoró de Dalila que descubre que el secreto de su fuerza está en su pelo y una noche mientras Sansón dormía, Dalila le corta el pelo y pierde su fuerza. Sus enemigos lo atrapan, lo dejan ciego y lo llevan a la cárcel.
Años después Sansón recupera su fuerza y derrumba el templo por la ira que sentía de que se rieran de él y de Dios. -
Rut nació en Moab, por tanto no pertenecía al pueblo de Israel. Era la nuera de Noemí que era israelita. Noemí, su esposo y sus dos hijos se fueron a vivir a Moab cuando había poco alimento en Israel. El esposo de Noemí murió y sus dos hijos se casaron con dos moabitas llamadas Rut y Orpa.
Rut regresó a Israel con Noemí y la cuidó. Le dijo: "viviré donde tu vivas y tu Dios será mi Dios".
Rut se casó con Bozz y tuvieron un hijo llamado Obed, quien fue el abuelo del gran rey David. -
David pasaba los días pastoreando las ovejas de su padre. Un día fue a visitar a sus hermanos que servían en el ejército del rey Saúl defendiendo al pueblo de Israel de los filisteos.
David se enfrentó a Goliat, un soldado filisteo que era casi un gigante, confiando en que Dios lo protegería.
Los hermanos de David pensaron que moriría, pero David dijo: " a diario enfrento al león que se acerca a las ovejas".
David agitó su honda y disparó una roca que golpeó a Goliat en la frente y lo derribó. -
El rey Saúl invitó a David a vivir en palacio por vencer a Goliat.
David se convirtió en un excelente guerrero y ganó muchas batallas.
Un día Saúl oyó que los israelitas querían a David más que a él por su valentía y sintió celos. Por eso, una noche, Saúl arrojó a David una lanza para matarlo, pero falló y David huyó.
Años después, al morir Saúl, los israelitas buscaron a David y lo coronaron rey. David debía ser el líder de todo el pueblo. Esa era la misión que Dios tenía para él. -
Cuando David era ya anciano, eligió a su hijo Salomón para que fuera el nuevo rey.
Salomón tuvo un sueño, Dios le decía: "pídeme lo que quieras, que te lo daré".
Salomón no pidió riquezas. Dijo: "Señor, dame la sabiduría necesaria para gobernar bien a tu pueblo".
Por haber pedido sabiduría en vez de riqueza, Dios le concedió las dos cosas. Salomón usó su ingenio y su riqueza para construir un gran templo en el que puso el arca de la Alianza con los mandatos que Dios entregó a Moisés. -
Dios envió a Jonás para advertir a la ciudad de Nínive donde se cometían muchas injusticias que debían cambiar.
Pero Jonás en vez de ir a Nínive tomó un barco a Tarsis. Se desató una tormenta que amenazaba con hundir el barco, y Jonás entendió que la tormenta se debía a que había desobedecido a Dios. Jonás fue arrojado al mar y la tormenta cesó. A Jonás se lo tragó una ballena y estuvo rezando tres días a Dios de que si lo salvaba cumpliría su promesa. La ballena lo vomitó y Jonás fue a Nínive. -
Darío, rey de Babilonia, admiraba a Daniel por su sabiduría y lo eligió para dirigir a los soldados. Los otros jefes tenían envidia y querían deshacerse de él. Por eso inventaron una ley que decía que las personas debían adorar solo al rey Darío o serían lanzados a un pozo con leones. Como Daniel no cumplió la ley fue arrojado a los leones y el rey le dijo: tu Dios, te salvará. Al día siguiente, Daniel dijo al rey: Dios mandó un ángel para que cerrara la boca a los leones y no me hicieran daño.
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Dios escogió a Jeremías como mensajero para avisar al pueblo de que podrían ser invadidos por otro país más grande.
Jeremías empezó a comunicar las palabras de Dios pero nadie le creyó.
El ejército de Babilonia atacó la ciudad de Jerusalén, quemó edificios, capturó a la gente. El pueblo pasó muchos años de cautiverio en Babilonia por no haber escuchado las palabras de Jeremías.
Sólo después de muchos años el pueblo pudo regresar a Jerusalén.