-
Mi nacimiento, el primer momento de contacto con este mundo. Llegue a un familia, donde solo estaría presente mi madre, ya que mi padre desde ese primer momento estuvo ausente. Pero crecí en una familia materna extensa, y a pesar de lo complicado que fue desde ese primer momento para mi madre, sería el inicio de una gran historia. -
Fue una etapa con diversos matices, momentos alegres y tristes, pero memorables. Crecí con la educación autoritaria y permisiva a la vez por parte de mi madre, apoyada con la educación de mis abuelos maternos quienes también influyeron en esta. Me inculcaron valores como el respeto, la solidaridad, la honestidad, la persistencia, la amistad, etc, así como diversos buenos hábitos, principalmente la disciplina, pero también me llenaron de amor y atención como consideraban era lo mejor hacerlo. -
La llegada mi hermana marco mi vida, ya que deseaba tener hermanos/as, y a la edad de 6 años comenzó una etapa en mi vida, iniciando con las responsabilidades a temprana edad por apoyar a mi madre quien salía a trabajar y yo cuidaba en diversos momentos a mi hermana, supervisada por mi abuela. Estas vivencias me formaron desde la virtud de ser compartida en esta vida y asumir responsabilidades sin importar la edad. Además disfrutaba la compañía de más familia como mis primos, tíos/as etc. -
Después de haber pasado diversos momentos en familia, y seguir sanando las ausencias familiares, así como, sobrellevando problemas económicos, dirigía toda mi atención a sobresalir en el ámbito escolar, como medio de superación. Se presentaron tristes ausencias familiares, pero se reforzaron otros lazos. Dentro de los buenos momentos seguía disfrutando la compañía y el amor de mi familia, procurando siempre ser buena hija, no generar mayores preocupaciones y seguir construyendo mi vida. -
Un etapa tan memorable, llena de altibajos, logros y grandes momentos de diversión, creciendo personalmente, reforzando los lazos familiares y volviéndose más fuerte el vínculo entre mi madre y hermana. Enfrentándome a la etapa de inicio de carrera e irme a otro estado lejos de mi familia donde pondría a prueba mi propio criterio, las enseñanzas, las reglas y límites familiares pero ahora a partir de la lejanía; sin embargo correspondí siempre sobresaliendo académicamente y en mi conducta. -
Llegar a esta etapa es mirar el camino y saber que si bien no todo ha sido fácil, estoy satisfecha de estar donde me encuentro ahora, siendo una buena hija y seguir esforzándome por mejorar. Estar inmersa en el mundo laboral me hace valorar lo que he logrado y luchar por lo que aun me falta. La base de una familia funcional, sin importar las ausencias paternales, donde se inculcan valores sólidos y se viven experiencias diversas, generó mi motor de vida y la personalidad para enfrentarla.