TEMA 4. AUGE Y CAÍDA DEL IMPERIO HISPÁNICO. LA DINASTÍA DE LOS AUSTRIAS (1516-1700).
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En 1504, Isabel I murió, dejando la corona a su hija Juana, casada con Felipe el Hermoso. Tras la muerte de Felipe, su hijo Carlos I heredó, convirtiéndose en el primer monarca de la dinastía Habsburgo en España hasta 1700. También heredó la Corona de Aragón y fue elegido Emperador de Alemania como Carlos V. Carlos I consolidó un vasto imperio que incluía Castilla, Aragón, Borgoña, Austria y el título de Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
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Gobierno de los Austrias, expansión imperial (s. XVI), conquista y colonización de América, economía (s. XVI), sociedad estamental (s. XVI).
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Durante el gobierno destacaron instituciones como el monarca, secretarios, consejos, Cortes, concejos municipales, corregidores, audiencias y la Inquisición. La figura del virrey y gobernadores militares también fue crucial. A pesar de la eficacia, la monarquía hispánica enfrentó crónicos problemas financieros, resultando en bancarrotas y préstamos con altos intereses de banqueros extranjeros, marcando una característica distintiva del periodo austriaco en España.
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Carlos I (1516-1556), heredero de Isabel I de Castilla, consolidó un vasto imperio al casarse con Isabel de Portugal y conquistar Milán. Enfrentó la rebelión de comuneros y Germanías, asegurando el autoritarismo monárquico tras vencer en Villalar y Valencia. Su reinado se centró en defender la Cristiandad ante el Imperio Turco, chocando con Francia y liderando la Liga Santa en la Batalla de Lepanto. Afrontó también las reformas protestantes y abdicó en 1556.
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Se llevó a cabo en dos etapas: Cortés conquistó a los aztecas en 1522, y Pizarro al Imperio Inca en 1533. Se establecieron virreinatos y leyes como las de Burgos. La explotación incluyó encomiendas y la mita para el trabajo indígena. A pesar de regulaciones como las Leyes Nuevas de Indias (1542), hubo consecuencias negativas, como el descenso demográfico y desigualdades sociales. La influencia cultural castellana se impuso, pero persistió cierta diversidad cultural.
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Felipe II (1556-1598) buscó consolidar la Monarquía Hispánica, centrando sus esfuerzos en España y la defensa del Catolicismo. Unificó la península con Portugal en 1580. Enfrentó guerras contra Francia, los turcos (Batalla de Lepanto, 1571), y la Rebelión de los Países Bajos. La Armada Invencible (1588) falló en la invasión de Inglaterra, marcando la pérdida de la hegemonía marítima. Internamente, enfrentó la rebelión morisca en las Alpujarras y tensiones en Aragón con el caso de Antonio Pérez.
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Hubo crecimiento demográfico en Castilla, pero la expansión económica no transformó la estructura social. Aunque hubo desarrollo en agricultura, comercio y artesanía, las políticas proteccionistas limitaron la innovación. El comercio, destacando la exportación a América, con monopolio de Sevilla y las flotas de Indias, generando un aumento de precios y endeudamiento sin un impulso económico real. En la Aragón, el estancamiento demográfico y la amenaza turca contribuyeron al declive comercial.
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La sociedad española permaneció dominada por la nobleza y el clero, con una estructura social estamental que incluía a la minoritaria pero poderosa nobleza, el clero dividido en alto y bajo clero, y los no privilegiados, como campesinos, artesanos y mercaderes. Los judíos conversos y los moriscos enfrentaron discriminación y persecución debido a sus orígenes. La preeminencia social de los grupos conservadores y la persecución de disidencias religiosas e ideológicas caracterizaron esta época.
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Durante el siglo XVII, la Monarquía Hispánica enfrentó una serie de desafíos que contribuyeron a su declive. Entre estos desafíos se encontraban las guerras costosas, como la Guerra de los Treinta Años, el agotamiento económico, la presión de potencias rivales y las luchas internas en la península ibérica. Estos factores minaron la posición de España como potencia dominante, marcando un período de decadencia para la monarquía.
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En el siglo XVII, España enfrentó pérdida de hegemonía europea, crisis económica y social en Castilla, con tres reinados destacados:
Felipe III (1598-1621): Relativamente pacífico exteriormente, expulsó a los moriscos. Valido destacado: duque de Lerma.
Felipe IV (1621-1665): Gobernado por el Conde Duque de Olivares, buscó reformas pero enfrentó resistencia. Bancarrotas y revueltas internas.
Carlos II (1665-1700): Profundizó la crisis. Tuvo varios validos, incluido Juan José de Austria. -
La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) fue un conflicto religioso y político. Los Habsburgo españoles apoyaron a los católicos austriacos contra Francia, Inglaterra, Suecia, Dinamarca y Holanda. El Tratado de Westfalia (1648) puso fin al conflicto, reconociendo la independencia del norte de Flandes. Sin embargo, la guerra con Francia continuó hasta 1659, con la Paz de los Pirineos, donde España cedió territorio, marcando su declive y la ascensión de la hegemonía francesa.
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Durante el reinado de Felipe IV, la Unión de Armas de su valido, el Conde Duque de Olivares, provocó la revuelta en Cataluña en 1640. La oposición a alojar tropas y contribuir al gasto militar desencadenó el Corpus de Sangre en Barcelona, resultando en una insurrección y la proclamación de soberanía bajo la Corona Francesa. Cataluña estuvo bajo control francés hasta 1652, cuando fue rendida por las tropas de Juan José de Austria.
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En 1640, también se produjo una revuelta independentista en Portugal, motivada por la oposición a la Unión de Armas y las dificultades de Felipe IV para proteger el Imperio luso de los ataques holandeses. Con la Monarquía Hispánica centrada en Cataluña, la rebelión portuguesa alcanzó el éxito, logrando la independencia de la Corona de Castilla. En dicho año, proclamaron al duque de Braganza como nuevo rey de Portugal, poniendo fin a la Unión Ibérica establecida en 1580.
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Durante finales del siglo XVI y el siglo XVII, la península ibérica experimentó una crisis demográfica por epidemias, malas cosechas y la expulsión de los moriscos, reduciendo la población de ocho a siete millones. La crisis económica, agravada por problemas políticos y fiscales, resultó en la disminución de actividades textiles, la escasez de metales preciosos de América y crisis en la Hacienda Real, empobreciendo al pueblo y aumentando los marginados sociales.