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Íñigo López de Loyola, nacio en Guipúzcoa, País Vasco en una familia acomodada con una herencia militar
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A los 16 años deja su hogar para servir como paje de Juan Velazques; ahí empieza su gusto por lo material
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Se convirtió en oficial de la armada española y el 20 de mayo en la batalla de Pamplona sufre una herida en su pierna por una bala de cañón, la cual lo dejaría en cama por un año
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Durante su recuperación tuvo que permanecer en cama y para entretenerse solicitó libros de caballería, sin embargo, no habían en el castillo de su familia donde se estaba recuperando, entonces tuvo que conformarse con libros sobre la vida de Jesucristo, los cuales encontró inesperadamente fascinantes; ahí se dio cuenta que Dios estaba trabajando en él
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Cuando se recuperó Ignacio salió con un nuevo propósito para servir a Dios y llegó al santuario de Nuestra Señora de Monserrat manteniendo vigilia toda la noche, en el altar dejo su espada y su ropa fina a un hombre pobre así fue como empezó su vida como un pobre peregrino
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Sintió un llamado al sacerdocio pero no tenía los requisitos educativos así que empezó a estudiar gramática latina junto con los niños
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Continua sus estudios en la Universidad de París y ahí les enseñó a sus compañeros sobre los ejercicios espirituales
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Mientras estudiaba en la Universidad de París conoció a 2 hombres que no solo lo ayudarían a formar la sociedad Jesuita sino que también serían canonizados como santos; San Francisco Javier y San Pedro Fabro
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Ignacio y otros 6 hombres pronuncian sus votos de castidad, pobreza y obediencia; así mismo forman la sociedad Jesuita
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Ignacio celebró su primera Misa en la iglesia de Santa María la Mayor en la Capilla del Pesebre en Roma
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El Papa Pablo III hizo de la Compañía de Jesús una orden religiosa oficial en la Iglesia Católica. Sus miembros eligieron por unanimidad a Ignacio como primer Padre General.
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Ignacio dirigió la Sociedad desde dos pequeñas habitaciones en Roma. Es aquí donde compuso las Constituciones de la Sociedad y escribió muchas cartas a su creciente número de hermanos en la Sociedad. Los siete miembros iniciales de la Sociedad crecerían a más de mil. Se fundaron escuelas e iglesias jesuitas en toda Europa y los misioneros jesuitas viajaron al oeste hasta Brasil y al este hasta Japón.