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El ser humano como realidad hilemórfica (Aristóteles)
Hay dos aspectos inseparables del ser: 1. La naturaleza-materia (=Phylé): Dimensión material contenida en toda realidad. 2. La naturaleza-forma (=morphé): La forma es la determinación concreta de la materialidad.
Aristóteles concibe el alma como un principio inmanente a toda materia organizada en realidad viviente. El alma es la naturaleza-forma, la determinación específica de a materia que tiene la capacidad de organizarse, de existir como vida. -
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El ser humano: una realidad dual (Platón)
Platón considera que el ser humano es una realidad dual que está compuesto por una parte terrenal, mortal, el cuerpo, y otra espiritual e imperecedera, el alma. En el momento de la muerte, la parte espiritual, el alma, se separa del cuerpo y, según la conducta que haya tenido en vida, se reencarnará. A esta teoría se le conoce como la transmigración del alma. -
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El humano como ser creado - Tomás de Aquino
Tomás de Aquino planteó que debe haber un equilibro entre la fe y la razón.
Según el pensamiento tomista, Dios ha creado el ser humano a su imagen y semejanza. Esto quiere decir que el destino del hombre, su “plenitud en la existencia”, corresponde a un plan trazado por la voluntad divina.
El alma es inmortal, y su destino eterno es la contemplación de Dios. El deseo natural hacia la felicidad proviene de Dios, y sólo el reencuentro con Dios puede satisfacer esta aspiración. -
El humano como ser pensante – René Descartes.
El ser humano es para Descartes un compuesto de dos sustancias: la sustancia corpórea y la sustancia pensante. El yo es una sustancia cuya naturaleza toda es pensar, de suerte que este yo, es decir, el alma por la que yo soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo.
El ser humano posee cuerpo y alma; esta última se aloja en la glándula pineal y desde allí dirige el movimiento de los órganos corporales a la vez que recibe las impresiones del exterior. -
El hombre es el conjunto de sus relaciones sociales – Karl Marx
La realidad es una práctica histórica social, no una idea metafísica. El hombre es un producto histórico, que se percibe negado, enajenado, alienado.
El obrero se haca más pobre cuanto más riqueza produce. El obrero no tiene el sentimiento de ser libre sino fuera del trabajo. Cuando el hombre trabaja por obligación, resulta negado, pierde su identidad, se aliena. La alienación convierte el trabajo en un simple medio de subsistencia. -
El Súperhombre dese la óptica de Nietzsche.
Nietzsche se opone al dualismo ontológico, fiel reflejo del dualismo platónico: Este mundo, sensible e imperfecto vs. El otro mundo, suprasensible y perfecto. Frente a este esquema ontológico reaccionará Nietzsche afirmando que el mundo suprasensible no es más que una ilusión, una ficción, una fantasía construida como negación del mundo sensible. Nietzsche acusa a la moral platónico-cristiana de antinatural por ir en contra de los instintos vitales. -
El humano, un ser inmerso en la incertidumbre – Miguel de Unamuno.
Miguel de Unamuno, nos conmina a reflexionar sobre el sentido de la existencia: ¿Es la vida una realidad o es sólo una entidad ficticia creada en la fantasía de la imaginación? En su novela Niebla desdibuja lo visible y materializa, en cambio, lo impalpable.
El ser humano centrado en su egoísmo considera que el universo girar en torno de sí, pero cuando aparecen las dificultades de la vida, pone en tela de juicio el sentido de grandeza y llega a dudar incluso de su propia existencia. -
El humano como existencia perfectible – Martin Heidegger.
La realidad humana no puede ser definida porque no es algo dado, sino elección de posibilidades; su existencia es indeterminada. La vida humana es estar-siendo en el ser: el ser de un yo en el conjunto de sus relaciones con un no-yo (las demás personas y las cosas). La existencia humana es una existencia compartida.
Mi existencia no es elegida, pedida, sino escogida porque soy y debo ser: puedo orientar las posibilidades y realizar un proyecto de vida o hundirme en el anonimato. -
El humano como la nada frente al mundo – Jean Paul Sartre.
La conciencia está referida se refiere siempre a algo que no es ella misma: la realidad, el ser. Por tanto, la conciencia es nada. Hay un abismo insalvable entre el ser (mundo) y la nada (conciencia). Todas las cosas son el correlato de mis posibilidades. Yo no puedo ser un objeto para mí mismo, (soy un sujeto). Yo experimento al otro como sujeto, cuando este, a su vez, me ve como objeto. Cada quien tiende a convertir al otro en objeto. “El infierno es el otro”. -
El humano, un ser de ilusión – John Faber Lastra.
El ser humano vive de ilusiones, de sueños que lo impulsan a la acción. Cuando esos sueños son compartidos con otras personas, se genera un clima donde fluye el bienestar y la felicidad. Pero en otras ocasiones esos sueños se ven truncados por situaciones imprevistas del destino o de las consecuencias de las acciones propias tornando la vida en un verdadero infierno.
Cada decisión que se toma cambia el rumbo de la propia historia y termina afectando el destino de otras personas.
