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Las migraciones exteriores estuvieron provocadas por la necesidad económica de gran parte de la población. Estas migraciones se mantuvieron hasta la década de 1970 y tuvieron dos destinos principales: América y Europa.
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Las migraciones hacia Hispanoamérica. Hubo un flujo migratorio que tuvo su apogeo en los últimos años del siglo XIX y los treinta primeros del XX.
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muchos españoles aprovecharon la naciente industrialización y la expansión del ferrocarril para dejar el campo y dirigirse a las zonas industriales
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Las migraciones hacia Europa. Los españoles prefirieron buscar trabajo en los países de Europa occidental, como Francia, Alemania o Suiza. Estos trabajadores enviaban grandes cantidades de dinero, lo que contribuyó a desarrollar la economía española.
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A las áreas receptoras de la etapa anterior se unió el litoral mediterráneo y los archipiélagos, que empezaron su desarrollo turístico.
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Los inmigrantes procedentes de América Latina y de África se caracterizaban por ser una población joven, con un alto porcentaje de mujeres y escasa cualificación laboral.
inmigrantes procedentes de Europa eran tanto profesionales cualificados como mano de obra de menor cualificación. Esta última procedía, en su mayor parte, de los países de Europa oriental.
