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En primer lugar, las referencias históricas más antiguas con relación al buceo las podemos encontrar en diferentes ornamentos hallados en Egipto y Asia menor en la que aparecen buceadores a pulmón. Estos objetos están datados entre los años 4500 y 1500 a.C.
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Homero describe en su obra “Historia de la guerra del Peloponeso” en el 460 a.C. cómo, durante el asedio a Siracusa, los griegos usaban buceadores para eliminar las defensas subacuáticas colocadas por sus enemigos para impedir la llegada de las naves griegas a sus costas.
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En 1535, Guilineo de Loreno desarrolló la primera campana húmeda de inmersión. La idea era simple pero eficaz. La campana se sumergía en el agua quedando el aire atrapado en su interior. El buceador la utilizaba como “base de operaciones”. La idea consistía en tomar una bocanada de aire antes de sumergirse; cuando se iba quedando sin aire, regresaba a ésta para tomar aire de nuevo y continuar con la inmersión sin tener que regresar a la superficie.
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En 1715, John Lethbridge construyó el primer “traje” de buceo cerrado. Este consistía en un cilindro de dimensiones superiores a las de un hombre que poseía una escotilla de cristal que permitía visualizar el exterior. Además, el cilindro presentaba dos orificios por los que el buceador introducía los brazos para así poder manipular su entorno.
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En torno al año 1825 se produce una bifurcación en cuanto al desarrollo del equipo de buceo.
Por un lado, se desarrollaron equipos conectados a la superficie mediante un tubo. Estos serían los precursores del equipo umbilical moderno utilizado por los buceadores profesionales que bombea aire desde la superficie hasta la escafandra del buceador. -
1826 se apostó por comprimir el aire en tanques que los buceadores transportaban bajo en agua. Por lo tanto, se inició el camino a la creación del equipo autónomo de buceo. William James fue el hombre que inventó un equipo en el que se podía almacenar aire a 30 atmósferas de presión. Aunque la idea tuvo buena acogida, no disponemos de datos que demuestren el uso de dicho equipo.
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A través de la historia, el buceo ha contribuido con aportes científicos, geológicos, arqueológicos y de investigación en general. Gracias al buceo recreativo se convirtió en una actividad de gran atractivo turístico.