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Comienza a distinguir los sonidos del habla o los de su entrono.
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A las 24 semanas el feto desarrolla el oído interno y puede escuchar sonidos como el latido del corazón de la madre, los sonidos del mundo exterior y la voz de la madre.
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Al llegar al mundo el bebé se comunica llorando.
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La laringe bajo y comienza a vocalizar en conversación con su madre intercambiando miradas y expresiones.
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Desde los 10 meses el bebé pierde la capacidad llamada oído universal capaz de distinguir sonidos lingüísticos si no es expuesto a un segundo idioma.
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Para aprender palabras nuevas el bebé se guía por el dedo que esta señalando y por la vista de la persona que habla.
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El niño cuenta con un vocabulario activo de entre 50 y 100 palabras, pero entiende mucho más de lo que sabe decir.