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Azpeitia, España. Bajo el nombre de Íñigo López de Loyola
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En el palacio del revelador mayor de Castilla, Juan Velázquez de Cuellas, en Arévalo, Ávila.
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Como soldado del virrey de Navarra, Antonio Manrique, duque de Nájera, interviene en el combate contra las tropas francesas que pretendían invadir Navarra. Es herido mientras resguarda el castillo de Pamplona. A lo largo de su convalecencia en Loyola, toma la decisión de consagrar su vida a Dios. -
Retirado a una vida de oración, meditación y penitencia, redacta, en una cueva de Manresa, Ejercicios espirituales. Junto al río Cardoner concibe la idea de hacer un instituto religioso. Peregrina a Jerusalén.
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Estudia latín en la Universidad de Barcelona y lógica en Alcalá de Henares. Comienza a impartir sus ejercicios espirituales, por lo cual es considerado sospechoso de alumbramiento y se le condena a no continuar con sus predicas.
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Nuevamente es procesado por la misma acusación. De nuevo se le prohibe predicar, pero se le permite continuar con sus estudios y el desarrollo de sus métodos.
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Tras varios meses de camino, llega a París para continuar con sus estudios en teología. Adopta Ignatius como forma latina de su nombre de pila.
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Junto con otros colegas, realiza en Montmartre votos de indigencia, castidad y vida apostólica.
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Comienza en París, para posteriormente viajar a Venecia. Dos años después de este traslado termina sus estudios y consigue su título.
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Es ordenado sacerdote en Venecia. Marcha a Roma, ciudad en la que vivió el resto de su vida. -
Por medio de la bula Regimini militantis Ecclesiae el papa Pablo III aprueba de manera canónica, el 27 de septiembre, la constitución del instituto de clérigos regulares de la Compañía de Jesús, cuyos estatutos ya había admitido verbalmente el año anterior. -
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Roma
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Por el Papa Pablo V -
Por el Papa Gregorio XV