-
Hoy mi jefe me ha ofrecido volver a Barcelona por el coronavirus. Me he reído y le he dicho que no, que no iba a perder mi beca por algo así.
-
Después de trabajar, esta tarde he ido con unos amigos a tomar unas cervezas al El Centro. Eramos todos españoles, así que ha salido el tema del coronavirus, parece que la cosa se está complicando bastante en casa.
-
Hoy he entrevistado a Jarbas Barbosa, vice director de la Organización Panamericana de Salud, para preguntarle por el COVID-19. Al terminar le hecho una broma sobre darse la mano, no le ha hecho mucha gracia.
-
Esta tarde, me ha llamado Papá. Dice que en su hospital las cosas se están complicando, que como médico que recomienda mirar bien que cobertura me da el seguro de la beca, y que como padre me recomienda que vuelva. Me ha dejado preocupado, no quiero hacer sufrir a mis padres, ya tienen suficiente con sus problemas.
-
He llamado a mi seguro y no saben concretarme si me podrían pagar un ingreso por COVID-19. Además, The New York Times publica que, de no tomar medidas, la pandemia en EE.UU. podría alargarse hasta finales de julio. No sé si seré capaz de estar aislado solo en EE.UU. durante tanto tiempo, más arriesgándome a contraer una deuda con un hospital.
-
Estoy en Washington Dulles haciendo check-in. Hoy tenía que estar aquí por otro motivo, iba a cubrir la llegada de los últimos aviones procedentes de Europa antes de que se hiciera efectivo el Travel Ban. Tengo miedo, no sé si he tomado la decisión correcta nivel personal y laboral. Sin embargo, las llamadas de despedida de mis compañeros y amigos en Washington me tranquilizan. Espero que esto no sea un adiós, sino un hasta luego.
-
Llamo a mi madre, no sé que hacer. Dice que no me preocupe, que haga lo que crea más conveniente y que me quiere. No quiere presionarme.
-
Hablo con mi jefe y le explico la situación. Le digo que e decidido volver a pesar de no tener seguridad de qué pasará con mi beca - voy a tener que pagar el alquiler igual-, no me pone ninguna pena. Empieza un momento de incertidumbre.
-
Me llega una alerta al móvil: "Quim Torra declara el confinamiento total de Cataluña". Me asusto, ya me había hecho la idea de volver el lunes o martes que viene. Ahora me aterra la idea de no poder volver a casa. Estresado, compro billetes para esta misma noche, son baratos, nadie quiere volar ya a Barcelona. Más tarde me enteraré que Torra no puede confinar nada, todo era simbólico.
-
Llego a mi casa, mis padres están en el aeropuerto. Hace mucho que no les veo. Quiero abrazar a mi padre pero no me deja. "Estoy expuesto a la enfermedad, podría contagiarte", me dice. Duele. Es extraño ver la ciudad así vacía. Me invade un temor: "¿Me pagarán la beca? ¿He destrozado mi carrera?".
-
Yo que me había ido de Washington sin saber eso suponía el fin de mi beca, decido que es momento de apretar. Tras algún que otro mail y mucha tensión me confirman que no he perdido la beca, que seguiré percibiendo la bolsa de fondos y que cuando esto se acabe podré volver. Lo celebró, hoy es un día dulce entre tanta amargura.
-
Los días se me hacen muy largo, quizá este procrastinando demasiado, me justifico en el Jet Lag. Aun así, me preguntó si me dejarán teletrabajar, lo pregunto y me dicen que sí. Desde el lunes volveré a ser parte de la redacción, aunque esté a muchos kilómetros.
-
Uno de los placeres de este confinamiento son las partidas online del Age of Empires II que juego con mis amigos. La de hoy ha sido genial, cómo he disfrutado. Es una pena que Guarner sea tan bueno y no nos de opciones al resto.
-
Hoy he empezado a trabajar, pensaba que la carga de trabajo iba a ser inexistente, pero no. He escrito un par de piezas, menos de lo habitual pero más de lo esperado. Además, aprovecho para avanzar en otros proyectos.
-
Hoy me ha dado un poco de bajón, mi padre esta hecho caldo y leo que esto se puede alargar mucho más. Tengo miedo de haber tomado la decisión equivocada, quizá debería haberme quedado en DC. Suerte que es viernes, aunque el cuerpo no lo sabe.
-
Los días se repiten, hay pocas novedades. En mi calle nadie aplaude a las 20:00, se me hace raro. Aun así, estoy contento mañana es el cumpleños de Papá y le estamos preparando una sorpresa. Es una suerte que el único día de descanso en dos semanas le haya tocado en su aniversario.
-
Celebramos el cumpleaños de papá a dos metros de distancia. Mi madre y yo le regalamos un pen drive con canciones escogidas por sus familiares y amigos, se emociona muchísimo. Además, mi hermana pequeña, que vive en Italia, llama se emociona todavía más. Qué difícil es verte llorar y no poderte abrazar.