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Gutenberg, en su labor de impresor, creó su famoso incunable Catholicon, de Juan Balbu de Janna. Pocos años después, imprimió hojas por ambas caras y calendarios para el año 1448
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Alexander Graham Bell cambió el mundo en 1876 con las palabras inmortales "Ven aquí, señor Watson, quiero verte." Esas fueron las primeras palabras jamás pronunciadas por teléfono. En poco tiempo la invención cubriría gran parte del mundo, conectando a las personas a través de miles de kilómetros.
