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El pequeño comienza a auto expresarse haciendo garabatos alocados. A esta edad los niños ya son capaces y realizar garabatos. Se trata de un movimiento impulsivo, rápido y sin control, donde mueve todo el brazo y no hay coordinación del ojo y la mano.
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El codo del niño comienza a funcionar provocando la aparición de garabatos denominados "barridos". El niño ve lo que hace y los garabatos se vuelven circulares.
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El niño tiene un mayor control de la muñeca y del movimiento de pinza pudiendo realizar trazos independientes. Ya sigue el movimiento de su mano con su mirada pero el motor es todavía independiente del acto visual.Obtiene placer con el movimiento.
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Aparece la coordinación óculo-manual y entra en juego la percepción. El niño mira lo que dibuja y trata de controlar el movimiento de la mano. Empieza a no salirse del papel. Combina los colores llenando páginas enteras. Da nombre al dibujo que realiza, aunque al principio no hay relación entre el dibujo y lo que dice que es. Poco a poco esta relación va siendo mayor.
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A esta edad ya aparece la etapa "preesquemática". La intencionalidad y el sentido toman presencia en el dibujo ya que el niño comienza a decir lo que dibujara. Comienza a elaborar la figura humana “renacuajos”, la representa mediante un círculo incluyendo poco a poco detalles que irá enriqueciendo. Estas producciones gráficas irán evolucionando y perfeccionándose a medida que evolucionen otras áreas como la cognitiva, la afectiva, la social, etc.
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Según el grado de madurez del pequeño podemos ver cómo unos no dibujan ni brazos ni manos, y a la cabeza tan sólo le pone los ojos, mientras que otros dibujan brazos, manos, nariz y dedos. El niño distribuye el espacio de manera anárquica. El tamaño de las personas, objetos, etc. están en función de la importancia que él las dé. Los colores los elige de forma emocional.